Ashtiani demandará a dos periodistas alemanes

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Sakineh Mohamadi Ashtiani, la mujer iraní que había sido condenada a morir lapidada por adulterio y ahora está condenada a morir en la horca por actuar como cómplice en el asesinato de su marido, ha declarado que no fue torturada en la cárcel y que esas informaciones “son todo rumores”. Afirmaciones recogidas el sábado tras cenar con sus hijos gracias a un permiso penitenciario, se desconoce aún cundo volverá a la cárcel.

Por otro lado el hijo de Ashtiani, Sajjad Ghaderzadeh, podría ser condenado por hablar sobre la sentencia a su madre el pasado octubre con dos periodistas alemanes. Estos entraron con el visado de turista y trabajan para el diario alemán Bild am Sonntag.

Ambos periodistas, identificados únicamente como un reportero y un fotoperiodista, fueron arrestados y han sido acusados de espionaje y de trabajar ilegalmente como periodistas con visado de turista. Ghaderzadeh también fue detenido, pero ha salido en libertad bajo fianza de 40.000 dólares mientras un tribunal estudia su caso.

En estas declaraciones el hijo de Ashtiani asegura que su madre infringió la ley islámica, pero ha pedido compasión y clemencia para ella. “En mi opinión, mi madre es culpable, pero hemos perdido a nuestro padre y no queremos perder también a nuestra madre. Por lo tanto, pedimos que se conmute la pena” ha manifestado en las declaraciones que han sido oficialmente autorizadas.

Ashtiani por su parte, ha anunciado que denunciará a los dos periodistas, y afirma que “la han avergonzado sin especificar porqué motivos lo han hecho”, según informó la cadena oficial iraní Press TV.

La sentencia que condenaba a Ashtiani a morir lapidada fue suspendida después de que la comunidad internacional expresase su indignación tras conocer el caso, pero aún podría ser ejecutada en la horca por haber actuado como cómplice en el asesinato de su marido.

Ghaderzadeh ha explicado que “la sentencia de lapidación está en el archivo, pero podría ser que finalmente no se aplicase”, o “al menos eso es lo que esperamos”.

Las autoridades de Irán afirman que el caso de Ashtiani es una cuestión que solo concierne a la Justicia de este país, pero su evolución ha sido seguida por más de 80 artistas, intelectuales y políticos de todo el mundo que han pedido su liberación.

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