Caza indiscriminada de ballenas
WWF ha alertado hoy acerca de la caza indiscriminada de ballenas en Japón que ha acabado ya con la vida de casi 20.000 cetáceos, muchos de ellos pertenecientes a especies en peligro de extinción.
Japón explica que la caza se lleva a cabo con fines científicos, pero la organización considera que “las investigaciones japonesas no son más que una excusa para sacrificar ballenas con el fin deliberado de reducir su número y aprovisionar el mercado de carne”.
Estas acciones indiscriminadas no tienen en cuenta que la supresión de los grandes depredadores probablemente tendría “un efecto negativo a largo plazo” sobre las poblaciones de peces comerciales, ya que perturbaría las relaciones de la cadena trófica marina.
Hoy se celebra en Madeira (Portugal) la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Esta organización defiende que existen otras técnicas, como la biópsia de tejidos, para estudiar a estos animales sin necesidad de sacrificarlos ni herirlos. Sin embargo Japón “sigue desafiando” la moratoria oficial a la caza de ballenas en el Antártico y en el Pacífico Norte de 1986, bajo el pretexto de que “es preciso sacrificar estas ballenas para dar respuesta a cuestiones fundamentales sobre la gestión de las poblaciones balleneras”.
En el congreso de 2001 del Comité Científico de la CBI, 32 expertos recogieron en un documento su convencimiento de “que el programa de estudios japonés adolece de falta de rigor científico y no satisface los criterios científicos mínimos que se usan hoy en día en todo el mundo para contrastar las investigaciones científicas”.
WWF tiene una opinión similar respecto a los estudios publicados por Japón sobre este tema. Asegura que éstos no tienen “ninguna validez científica y son defectuosos”, ya que “no han sido aceptados por ninguna publicación internacional, ni tienen posibilidades de ser admitidos en el futuro”.
Así mismo, la asociación también se muestra contraria a la hipótesis de que las ballenas devastan los mares al alimentarse de gran cantidad de peces aptos para el consumo humano, pues apuntan que esta especie se alimenta principalmente de peces como el krill, los copépodos y los calamares abisales, que no son consumidos por el hombre.
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