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Cómo pueden ayudar los médicos

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Los profesionales de la salud deben adoptar un papel más activo en la detección y abordaje de la violencia doméstica. Los resultados finales de un estudio realizado en 65 centros de salud demuestra que casi todas las mujeres maltratadas pasan por la consulta del médico de familia en los meses previos a la detección y que si el facultativo está formado en esta materia detectará de forma precoz el doble de casos que si no lo está: 2,9 casos por cada 1.000 mujeres frente a 1,6 en el grupo no formado, lo cual pone de manifiesto la importancia de conocer los protocolos necesarios para identificar y atender a los casos de violencia de género.

La detección y abordaje del maltrato es uno de los contenidos protagonistas del XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Forma parte del programa científico de la reunión y además la responsabilidad del médico ante el maltrato es precisamente el tema elegido por el Juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska para la conferencia inaugural del Congreso.

Este magistrado es partidario de que los profesionales de la salud estén sensibilizados y formados en el manejo de “un problema que es no sólo médico sino también social. El papel del facultativo en la prevención y detección precoz del maltrato es clave. En su abordaje, los sanitarios deben ver al poder judicial y a la fiscalía como otros protagonistas en la lucha contra esta lacra y no como alguien que pudiera venir a fiscalizar su actuación”.

Unos 400 profesionales, entre médicos y enfermeras, de ocho comunidades autónomas han participado en este estudio español considerado el más amplio en cuanto a número de profesionales entre los diseñados para determinar en qué medida los médicos formados en esta materia consiguen diagnosticar más casos y prestar mejor atención a estas pacientes.

Luis Aguilera, presidente de semFYC, admite que es una responsabilidad del profesional tomar conciencia de su papel ante este problema. “Cada día se producen un millón de consultas en los centros de salud españoles. El 60% de esas consultas las hacen mujeres y un porcentaje significativo de ellas, unas 60.000, pueden estar sufriendo maltrato pero no mencionan de manera expresa este problema delante del médico. Esto significa que los médicos de familia debemos aprovechar las consultas por otras patologías para realizar una intervención encaminada a identificar signos de alerta y factores de riesgo. En ese sentido, la formación es clave”.

CONCLUSIONES

El estudio también se realizó para determinar la incidencia anual de maltrato en mujeres mayores de 14 años correspondientes a los profesionales participantes y las características sociodemográficas de las víctimas de la violencia de género.

El 96% de las mujeres afectadas pasó por su centro de salud el año previo; de hecho, el 41% pidió cita una vez al mes de media (más de doce veces en un año) y eso supone hacerlo más del doble que el resto de la población. “Acudir con frecuencia a la consulta por somatizaciones y malestar psicológico es uno de los signos de alerta que el médico debe tener en cuenta”, comenta la doctora Carmen Fernández, médico de familia, experta de semFYC en violencia doméstica y coordinadora de este estudio que contó con el aval de la Red de Investigación de Actividades de Promoción y Prevención de Atención Primaria (RedIAPP), la ayuda financiera del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) y el apoyo en su gestión de la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León.

La investigación se llevó a cabo en las comunidades de Castilla y León, Castilla La Mancha, Extremadura, Madrid, Andalucía, Cataluña, Aragón y Baleares. Los datos finales retratan a la víctima de maltrato que pasa por el centro de salud como una mujer casada (64.6%) y con una media de edad de 50 años; el 15% eran divorciadas y un porcentaje algo menor eran solteras (8%) o tenían pareja de hecho (8,5%). El 52% tenía un trabajo remunerado y de ellas el 40,1% estuvo de baja laboral al menos en una ocasión en el año previo a la detección del maltrato.

Los resultados revelan que la mayoría (81%) presenta alguna patología asociada, como ansiedad (60%) o depresión (41%). Otra conclusión relevante ha sido confirmar el alto consumo de psicofármacos, medicamentos que tomaban casi la mitad de las mujeres diagnosticadas, un porcentaje muy superior al resto de la población femenina.

“Son porcentajes muy elevados si se compara con mujeres no maltratadas, pero además hemos visto que estas consecuencias aumentan a medida que aumenta el tiempo de exposición a la violencia.. Los problemas de salud añadidos al maltrato condicionan una peor calidad de vida para la paciente. Por eso es tan importante lograr el diagnóstico lo antes posible”, asegura la doctora Fernández, coordinadora del Grupo de Salud Mental del PAPPS (Programa de Actividades de Prevención y Promoción de la Salud) de semFYC.

El 52% de las mujeres incluidas en el estudio llevaba más de seis años de evolución de maltrato cuando se produjo el diagnóstico. Por eso, como dice el doctor Aguilera, “es preciso conocer los factores de riesgo, situaciones de mayor vulnerabilidad e indicadores de sospecha de maltrato. Aparte, claro ésta, es necesario tener la sensibilidad adecuada para entender que este problema nos atañe como profesionales de la salud”.

En opinión de la doctora Fernández, para erradicar la violencia doméstica es preciso dar no solo una respuesta sanitaria sino también social. “Necesitamos cambios en los valores y en esa cultura que permite y legitima la desigualdad entre hombre y mujeres y es tolerante con la violencia. Es fundamental que los gobiernos y las instituciones desarrollen los cambios legislativos y se haga el máximo esfuerzo en promover esos cambios en el ámbito educativo desde las etapas tempranas, es decir en la educación de niños y niñas en modelos de convivencia igualitaria y no violenta”, sostiene.

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