El Calahorra continúa sumando
4 jornadas sin perder. 8 puntos. Inmejorable comienzo liguero de un Calahorra que demostró en El Requexón que tiene un plan para hacer algo más que sobrevivir en Segunda B. Todos ayudan y aportan. Los jugadores asumen que un día pueden estar viendo a sus compañeros desde la grada y en el duelo posterior son fundamental para los suyos. Obeng, por ejemplo, se quedó fuera de la lista el miércoles pasado en Copa y este domingo partía desde el inicio y hacía el tanto de los riojabajeños.
Más allá del tanto, el Calahorra pudo ampliar la cuenta de haber estado algo más certero Rodrigo con su lanzamiento al palo. Aunque también hay que decir que el Oviedo B gozó de dos lanzamientos a la madera antes del descanso. Pero los de Miguel Sola supieron rehacerse tras el empate y pudieron en los últimos minutos estirarse, tras la expulsión del lateral asturiano, aunque en ese instante los rojillos acusaron la fatiga.
Tras los dos últimos partidos, el Calahorra saltó al campo de El Requexón con la lección aprendida. Eso se desprende del tanto a favor nada más iniciarse el choque. Nada que ver con lo vivido en Sarriena, donde Zabal detuvo un penalti, o en La Planilla, donde el Gernika se adelantó. Los de Miguel Sola, con la moral por las nubes en este mes de competición, sacaron provecho de un córner para que Obeng, de cabeza, pusiera nerviosos a los ovetenses.
El cuadro local asumió el mando y fruto de ello, Steven pudo igualar en el ecuador del primer período, aunque por fortuna su remate fue al larguero. También Javi Hernández probó fortuna con un tiro lejano que se fue al palo. Sin embargo, el Calahorra insistía en enfriar y marcar los ritmos del partido. Cuestión de esa idea, Rodrigo tuvo en sus botas el 2-0 a la media hora de juego. Acto seguido, vinieron los mejores minutos de los locales, que pusieron una marcha más.
En la segunda mitad, el Oviedo B empató merced a un penalti. Un gol que varió la situación en el campo. El Calahorra dudó. El plan pasaba por aguantar con el marcador favorable y ahora todo se podía ir al trate. Era importante no bajar la intensidad. Para ello, Yasin entraba por Álvaro González. Segundo cambio teniendo en cuenta que en el descanso Cristian entró por un tocado Morgado. El conjunto de Javi Rozada quería darle la vuelta, pero el orden fue fundamental para que el equipo calagurritano mantuviera la calma.
Con el paso de los minutos, el Oviedo B parecía atascado para hacer daño a Zabal. Y la doble amarilla al lateral local parecía que cambiar la decoración en esos 10 minutos finales. Sin embargo, los de Sola se mostraron firmes, prefirieron mantener el punto y optaron por guardar la ropa dado el cansancio acumulado en las últimas dos semanas.
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