El CF aún ve la salvación
Dos victorias, dos empates y una derrota. El Logroñés CF comienza a sonreír gracias a la visible mejora de sus resultados y, sobre todo, a la llegada de los esperados triunfos. Un mes después de que el club decidiese cambiar el cromo del banquillo, la solución parece la acertada.
El 21 de noviembre, Balta dejó el equipo tras caer en Barakaldo. Era la jornada trece y las cifras resultaban abrumadoras. Su equipo no había sido capaz de ganar aún ningún partido, había caído en seis partidos y sumaba siete puntos merced a otros tantos empates. Cifras muy pobres para una plantilla que había ilusionado en la pretemporada y que todos consideraban de entre lo mejor de la categoría.
A su llegada Rafa Saéz tampoco quiso dejar una huella rupturista. Su entrada fue callada, casi siguiendo el esquema del técnico charro. Pero el cambio de cara fue radical. Y en cinco jornadas, sin que sus cifras sean espectaculares, el entrenador gallego ha conseguido que el Logroñés CF abandone el farolillo rojo y, sobre todo, consiga números de salvación.
De hecho, en esos cinco partidos, Saéz ha sumado más puntos (8) que su antecesor en el tiempo en que tardó en agotar la paciencia de Eduardo Blanco, presidente del club.
No sólo eso. El CF, además, parece haber encontrado más facilidades en el camino al gol. Si con Balta, los rojiblancos sólo consiguieron siete tantos a favor en esos 13 partidos, ahora el equipo suma 13. Es decir, que los jugadores de LCF marcan algo más de un gol por partido desde que llego Rafa Sáez. La entrada del técnico gallego también ha traído mayor seguridad atrás y Sáez sólo ha visto a su equipo recibir tres goles en contra en el mes que lleva en Logroño.
La buena noticia para el equipo y los aficionados es que los números cantan: la salvación es posible. Cuando Balta se volvió para Salamanca, el CF estaba a siete puntos de la promoción y a 8 del descenso. Ahora, cinco jornadas después, la distancia se ha acortado: cinco puntos para el puesto 16 y dos más para la salvación directa. Como es lógico, no es un salto espectacular y queda mucho trabajo, pero la media inglesa puede aún salvar a los rojiblancos.
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