El líder muestra carácter en el derbi

19 de enero de 2020 11:29 h

La UDL demostró en El Mazo que esta temporada puede ser la suya. Hay partidos en los que es capaz de con poco sacarlos adelante cuando peor pinta tienen. Llegaba al derbi tras dos empates a cero en Las Gaunas, con el runrún de la Copa del Rey -eliminaba al Cádiz hace 8 días y entre semana conoció que su rival del próximo miércoles es el Valencia- y teniendo que jugar contra un Haro que fue muy superior en la primera vuelta en Logroño y que llegaba a la cita con un triunfo en el minuto 95 en Lezama. Aspectos, todos ellos, que propiciaron que Sergio Rodríguez cambiara su dibujo habitual para actuar con tres centrales, dos carrileros, tres centrocampistas -los únicos sanos que tiene, ya que Siera está lesionado- y dos delanteros. No es nuevo porque en Merkatonoda ya dispuso esta variante.

Durante la primera mitad, los blanquirrojos -de azul y rojo en tierras jarreras- no fueron ese líder sólido que quiere dar el salto de categoría. En este sentido, un aguerrido Haro fue capaz de imponer su estilo. Los duelos individuales eran para los locales y la UDL se mostraba inconexa, sin ideas y más pendientes de algún destello de calidad que de otra cosa. En apenas tres minutos, Calle ya había pisado el área rival e Ibra había buscado sorprender a Miño. Que los riojalteños estaban ‘enchufados’ era evidente. Ibra y Mikel Bueno hacían sufrir a los tres centrales, mientras que Errasti, Andy y Olaetxea no terminaban de cogerle el aire al partido.

La falta de continuidad favorecía a un Haro más activo y decidido que un bloque logroñés expectante y desubicado con el nuevo dibujo. La consecuencia fue el 1-0, obra de Ibra tras un buen centro de Aimar que pesó Mikel Bueno para asistir al senegalés. Un tanto que animaba a los de Aitor Calle, que le estaba ganando la partida a Sergio Rodríguez. Pese a todo, el bloque local no remataba la faena aunque tampoco disponía de grandes oportunidades.

Con un juego trabado y sin continuidad, la UDL estaba incómoda contra un pegajoso Haro. Por si fuera poco, un minuto antes del descanso, justo cuando Ander Vitoria probaba a Fermín con un tiro centrado, Errasti abandonaba el campo por lesión. Más dificultades para el primero del grupo. El preparador logroñés se la jugaba y metía a Roni tras el intermedio, dejando a Ousama en el enganche. Movimiento que resultó efectivo. A ello ayudó también el ir por detrás en el marcador y el hecho de que el Haro acusara la energía gastada en los primeros 45 minutos, a los que había que sumar el esfuerzo realizado en Lezama días atrás.

Ahora Iñaki encontraba más espacios por su carril, ahora Ander Vitoria ya había buscado el empate con un tiro ajustado que desbarató Fermín con una buena estirada, ahora se veía a un líder obligado por el marcador y que mostraba carácter para revertir la situación con varios acercamientos finalizados por tiros lejanos por Andy. El lateral calagurritano ponía un balón desde su perfil para que Iago López, apareciendo en el segundo palo, remataba picado de cabeza para firmar las tablas ante de la hora de encuentro.

El Haro tenía que pensar ante una UDL que ya había puesto una marcha más. Las tablas, de todas formas, frenaron el ímpetu de los logroñeses que fueron algo cautos en su balance ofensivo ante el daño que les hacía el bloque blanquinegro con el juego directo y las segundas jugadas. Manjón aparecía por Valiño para equilibrar la contienda. Entonces, en un saque de puerta que puso Miño en largo vino el tanto de Ander Vitoria. Ousama se hizo con el cuero y condujo la pelota, en la pérdida vino la asistencia de un futbolista local para el ariete blanquirrojo, que se hizo el hueco para ganarse la posición ante los centrales blanquinegros y batir con sutileza a Fermín.

Restaban veinte minutos y Aitor Calle refrescaba la creación con Joseba por Aimar, mientras que en el otro bando, Rubén Martínez aportaba trabajo ante un fatigado Ousama. Nueva vuelta de tuerca al choque que presentaba otro escenario en El Mazo. El Haro debía irse hacia delante ante una UDL confiada de su seguridad defensiva y de que físicamente podía estar mejor que su rival pese a que ambos venían de un tute serio en los últimos días.

Los anfitriones fueron previsibles y aunque empujaron para buscar sus opciones con centros laterales y con un juego directo, no encontraron esa ocasión con la que arañar un punto. Miño se mostró solvente en el juego aéreo y no ofreció dudas que pudieran alimentar las ganas de los riojalteños. En esa línea, los tres centrales exhibieron seguridad para evitar un susto y ampliar la diferencia respecto a la Cultural, que cedió un empate en su casa ante el Real Unión. El Haro, por su parte, se quedó con las ganas de haber hecho más daño durante el tramo que fue mejor, toda la primera mitad.