“El mejor guionista del cine español”

No se han hecho esperar las reacciones de los profesionales de la cultura y de otros ámbitos a la noticia de la muerte de Rafael Azcona a los 81 años, víctima de un cáncer pulmonar.

El productor y cineasta José Luis Cuerda, que trabajó con Rafael Azcona en El bosque animado (1987) y La lengua de las mariposas (1999), ha declarado que era el “mejor guionista de este país”. “Era un hombre que vivía pegado a la tierra y a los sentimientos”, asegura Cuerda, para quien Azcona “sabía ver lo mejor y lo peor que había en las personas”.

La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, afirmó que Azcona ha sido, “más que guionista, el gran escritor del cine español. Gracias a su humor corrosivo, consiguió llevar a la pantalla la auténtica y maltrecha realidad de la España de la segunda mitad del siglo XX. Sin él, el cine español tendría media docena menos de obras maestras”.

José Luis Borau ha afirmado que “es el verdadero primer escritor cinematográfico” que ha tenido España. El cineasta ha recordado que Luis García Berlanga y él fueron a ver al que fuera director de la RAE Fernando Lázaro Carreter para proponerle que la Academia tuviera un guionista entre sus miembros porque “un guionista es un escritor” y que le sugirieron que fuera Azcona. “El cine español acaba de perder a su gran escritor, y yo he perdido a un amigo. Me hubiera gustado hacer más cosas con él. En cierto sentido nos entendíamos muy bien porque nuestro sentido del humor entroncaba muy bien”, ha subrayado.

Para José Luis López Vázquez Rafael Azcona “era alguien que no debería desaparecer nunca, aunque en su caso vivirá siempre a través de su obra, ingenio y talento”.

El director de cine José Luis García Sánchez ha subrayado que Azcona era “una joya totalmente insustituible para la literatura y el cine español”. “Ha llenado la cultura española de la posguerra y ha dado testimonio de lo que ha ocurrido en este país durante el franquismo, la Transición y el pos-franquismo”.

El escritor Manuel Vicent, “muy buen amigo” de Rafael Azcona desde hacía años, ha destacado que el guionista “era un verdadero creador, muy imaginativo, divertido, sorprendente, nunca se repetía y siempre veía el lado inesperado de las cosas”.

“Iba regalando su talento por la vida”, le decía a EFE Vicent, que, cuando era un chaval, ya leía a Azcona en la revista de “La Codorniz”, y que luego, al trasladarse a Madrid, haría “lo imposible por tratar de conocerlo”.

“Un día lo sorprendí en el café Comercial, donde él solía dormir la siesta con una servilleta en la cara, y a partir de entonces fuimos muy buenos amigos”, recordaba Vicent. El autor de “Balada de Caín” participó con Azcona en el libro “Memorias de sobremesa”, en el que ambos conversaban con Ángel S. Harguindey. Regularmente, una vez a la semana Vicent se reunía a comer con Rafael Azcona y hoy aseguraba que “tener una sobremesa con él era un verdadero lujo”.