Golpe de autoridad
Golpe encima de la mesa de una Unión Deportiva Logroñés que supo ganar en un campo en el que nadie lo había hecho esta temporada. Un triunfo, meritorio, y que demuestra que este equipo está enchufado, que quiere seguir progresando en la tabla y que tiene material para ello. Dieron igual las numerosas bajas que acumulaba el conjunto riojano porque futbolistas, algunos de ellos que parecen estar en el disparadero -caso de Birane Ba o Álvaro González-, evidenciaron que son ajenos a los rumores y que su mejor aval pasa por su trabajo en el campo.
No era un día para escondarse. Al contrario, era una mañana para dar un paso adelante, para no arrugarse, para trabajar a destajo, para exprimirse y sacrificarse. Sin medias tintas. Cada acción era clave debido al estado del terreno de juego y a las dimensiones de un campo que no da tregua, en el que un despiste te condena. Mucho juego directo, máxima atención a las segundas jugadas -claves-, no cometer errores en defensa para tratar de aprovechar la velocidad y calidad de los hombres más adelantados. Con estas consignas, la Unión Deportiva Logroñés saltó a Las Callejas (Les Caleyes) con la intención de llevarse los 3 puntos.
El comienzo fue de manual. Solidez defensiva, presión y llegadas por banda. Titi se escapó de su par -Lobato sufrió mucho durante la primera mitad- y centraba para que Álvaro González, en boca de gol, rematara al aire lo que parecía el primero de la mañana. Sin embargo, el onubense se desquitó al minuto robándole la cartera al central Álex Blanco, que quiso jugar un balón que debió despejar a la primera, conduciendo el esférico y poniendo un pase perfecto para que Íker Alegre, tirándose, marcara.
Un gol que demostraba que la UDL lo tenía claro. No hubo dudas. Birane Ba se colocaba por delante de la defensa y cubría mucho campo, ya que ayudaba a los centrales, caía a las bandas y servía de sostén de Pere Milla y Muneta -con el paso de los minutos fueron acusando que lo suyo no es tapar y ayudar en labores defensivas, pese al sacrificico realizado-. Con tres balas arriba, como Titi e Íker Álegre, por los costados, y un Álvaro González, peleón pero poco brillante, el juego de los riojanos -de azul- era claro porque aún hubo una tercera oportunidad antes del cuarto de hora gracias, otra vez, a un enésimo centro de Titi y un remate de Álvaro González en el primer palo que se marchó fuera.
Ocasiones locales a balón parado
El Lealtad comprendió que si quería hacer algo debía imponerse en las segundas jugadas. Abusó entonces del fútbol más vertical, sin generar ocasiones, para obligar que su rival apenas saliera de su campo. Eran minutos en los que no pasaba nada, pero a la UDL le costaba respirar, tomar oxígeno con alguna contra. Sin duda la mejor noticia era que Miguel estaba pasando inadvertido. La insistencia de los de Villaviciosa mermó en cuanto los riojanos montaron alguna transición.
Pese a ello, a balón parado, el Lealtad pudo lograr el empate. Rául Aguilar, libre de marca en el primer palo, remató de cabeza pero fuera pasada la media hora. Acto seguido, Pablo Espina se gustó con una falta directa que sacó milagrosamente Miguel de la escuadra. ¡Paradón! Y en la última acción del primer tiempo, una falta lateral se paseó, con dos botes incluidos, sin que hubiera rematador para acabar en las manos del capitán de los visitantes.
Se reanudaba el choque tras el paso por los vestuarios con dos buenas acciones de los riojanos y con dos grandes intervenciones de Porrón. Álvaro González fue el protagonista en ambas, aunque sin el acierto goleador. El Lealtad lo intentaba, pero la UDL estaba concienciada en trabajar porque sabía que podía aumentar la renta. Javi Rozada movía ficha, pero Pouso también lo hacía dando entrada a Reguilón -ejerció de extremo- por Álvaro González.
Entonces apareció el golpeo primoroso de Muneta para acariciar la bola en una falta, casi como un saque de esquina, y permitir que Borja, valiente y entrando con todo, superara a Porrón. Un 0-2 que animaba a los riojanos a continuar trabajando y que limitaba las opciones de un cuadro local que no era capaz de acercarse a Miguel con sentido. El duelo se enfrió e incluso la UDL manejó los tiempos gracias una sucesión de faltas que evitaban que el ritmo frenético que quería imponer el Lealtad surtiera efecto.
El empuje local, lógico, obligó a mantener la tensión durante el último cuarto de hora. Arnedo reemplazó a Pere Milla y el joven futbolista incluso pudo aumentar la ventaja tras un buen pase de Titi -otro más- pero Raúl Aguilar lo evitó en una gran acción defensiva. También lo pudieron hacer tanto Reguilón como Jordan en dos contras y es que el Lealtad arriesgó, no le que quedaba otra. Sin embargo, el encuentro ya estaba decidido porque la UDL realizó uno de esos partidos que sirven para crecer, para constatar que este bloque está convencido de sí mismo, que el juego -más allá de si es o no brillante- es efectivo y que el objetivo no es otro que estar lo más arriba posible. Si continúa con la línea exhibida en Villaviciosa seguro que estar entre los cuatro mejores es un hecho.
Lealtad: Porrón; Keko, Raúl Aguilar, Álex Blanco, Lobato (Jorge, min. 56); Mendi (Álvaro Muñiz, min. 83), Adrián Llano; Álex González (Robert, min. 68), Pedro Beda, Pablo Espina; y Camochu.
UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Jacobo, Borja, Paredes; Birane Ba; Titi (Jordan, min. 86), Pere Milla (Arnedo, min. 79), Muneta, Íker Alegre; y Álvaro González (Reguilón, min. 61).
Goles: 0-1, min. 7: Íker Alegre. 0-2, min. 64: Borja.
Árbitro: Josu Galech Apeztegia (comité Navarro). Amonestó a los locales Mendi (min. 69 y Keko (min. 83)); y a los visitantes Borja (min. 37), Pere Milla (min. 37) e Íker Alegre (min. 41).
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