'Hay que apostar por la integración normalizada en el aula'
Las II Jornadas sobre el síndrome de Down promovidas por ARSIDO (Asociación Riojana para el Síndrome de Down) debatieron ayer la Atención Temprana y la integración normalizada en las aulas, con el objeto de sensibilizar, informar, orientar y coordinar los recursos disponibles en el entorno educativo tanto a los profesionales educadores como a las familias. Uno de los protagonistas del debate fue el director y orientador del colegio público logroñes Rey Pastor, José Antonio García Las Heras, que habló de sus cinco años de experiencia e implicación directa en las aulas con alumnos afectados por la alteración cromosómica conocida como Sindrome de Down.
En la actualidad, el centro educativo dirigido por Las Heras acoge en sus aulas a dos estudiantes afectados por síndrome de Down en 3º Y 4º de educación Primaria. A su juicio, el decreto ley recientemente aprobado para adaptar la Ley de Autonomía y Dependencia en La Rioja “ha supuesto un paso adelante, para mejorar la calidad de vida de las personas dependientes, en la medida en que amplía su autonomía y favorece los tres grados de integración contemplados, físico, pedagógico y social”.
Según aseguró José Antonio Las Heras “los Centros de Educación Especial marcan el antes y el después en la Atención Primaria”, pero deben contemplarse como complemento a los centros educativos normalizados, y no como única esperanza para formar a los usuarios afectados por la alteración cromosómica.
“Somos educadores antes que maestros” por ello, la coordinación de recursos humanos, en este caso el trabajo conjunto de Profesores Terapeutas, Tutores, y profesionales adscritos a la Asociación ARSIDO beneficiaría al alumno, sin necesidad de tener que verse obligado por su patología a cursas clases de apoyo paralelas a las desarrolladas en el aula por el resto de sus compañeros.
“Todos los niños tienen derecho a la educación”, dijo Las Heras, que hizo hincapié en la necesidad de reorientar el concepto de integración, anteponiendo las capacidades potenciales de los alumnos afectados por la alteración cromosómica frente a sus limitaciones. “Este hecho garantizará una mejor integración del alumno en el entorno educativo” asegúró el director .
Según datos de la Consejería de Salud en La Rioja nacen al año 3.000 niños y de ellos, un 5% son diagnosticados como alumbramientos de riesgo. Finalmente tres o cuatro casos son diagnosticados bajo la patología de alteración cromosómica Sindrome de Down. Ante esta situación la coordinación de recursos disponibles en materia de Salud, Servicios Sociales y Educación es fundamental para favorecer visualizar la Atención Temprana y el diagnóstico precoz como medidas preventivas.
“A medida que se incrementa la edad cronológica de los infantes sus posibilidades de llegar a una integración normalizada son más escasas ya que, el distanciamiento entre edad mental e intelectual se disocian de forma notable en el periodo preadolescente” explica el orientador. Sin embargo, en las edades más tempranas, las diferencias entre un niño no afectado por la patología y un niño diagnosticado con Síndrome de Down son prácticamente nulas, puesto que el retraso psicomotor no se aprecia en sus relaciones sociales.
En base a esta realidad, el director del colegio Rey Pastor apuntó la necesidad de cambiar el concepto de minusvalía por la integración normalizada dentro del aula con la correcta combinación de los docentes especialistas en música, inglés, educación física junto a los profesores terapeutas, pedagogos, tutores y personal de ARSIDO conlleva un doble beneficio, de un lado normaliza la integración de los alumnos con Síndrome de Down y de otro favorece la empatía de sus compañeros hacia ellos.
La alteración cromosómica favorece en los niños diagnosticados con Síndrome de Down múltiples habilidades “dan el cien por uno, y son muy cariñosos y agradecidos”. “Esto favorece el que resto de compañeros comprendan el significado de minusvalía se sensibilicen de los probremas suscitados por la discapacidad y se formen en valores solidarios de convivencia” concluyó José Antonio Las Heras.
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