La segunda fase de la variante de Murillo estará finalizada en mayo de 2023
La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha visitado este martes la obras que se están acometiendo para completar la segunda fase de la variante de Murillo de Río Leza, junto al consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado, el director general de Infraestructuras, Vicente Urquía, y el alcalde de Murillo de Río Leza, Sergio Chicote.
Andreu ha subrayado que estamos ante la actuación “más importante en materia de carreteras que este Gobierno de La Rioja está ejecutando esta legislatura” con una inversión de 8 millones de euros y que contempla la construcción de un viaducto de 173 metros de longitud para salvar el río Leza.
La responsable del Ejecutivo ha defendido que las infraestructuras de comunicación “son fundamentales para mejorar las conexiones de los municipios de La Rioja, especialmente del mundo rural, y para mejorar la vertebración de la región y favorecer el desarrollo económico” y ha asegurado que “la mejora de las vías de circulación en el medio rural se ha convertido en el eje vertebrador de la política de inversiones en carreteras de este Gobierno de La Rioja, y esta segunda fase de la variante de Murillo de Río Leza es un ejemplo de esta apuesta”.
Según ha insistido, esta variante, incluida en el nuevo Plan de Carreteras de La Rioja 2023-2030, es una infraestructura “fundamental para Murillo de Río Leza que permitirá solventar el problema de tráfico existente, y va a contribuir al desarrollo de la localidad, a la seguridad de la ciudadanía y a mejorar la comunicación de Murillo de Río Leza con el área metropolitana de Logroño, así como con otras zonas de La Rioja como los valles de Ocón y de Jubera”.
“Con esta actuación vamos a mejorar la seguridad vial y a aumentar el bienestar de los vecinos y las vecinas de Murillo, ya que la construcción de esta segunda fase servirá para evitar que el tráfico de las carreteras LR-259 y LR-261, sobre todo de vehículos pesados, pase por su núcleo urbano. Así, la nueva circunvalación permitirá, cuando esté terminada, canalizar los tráficos de estas dos vías, salvando los ríos Leza y Jubera”, ha explicado.
La UTE Murillo II, formada por las constructoras Ismael Andrés y Riojana de Asfaltos, es la responsable de ejecutar los trabajos de la segunda fase, que comenzaron el 15 de noviembre de 2021 y que se prolongarán hasta mayo de 2023, con un plazo de ejecución de 18 meses y un importe de licitación de 7.929.615,22 euros. En la actualidad, se ha ejecutado ya el 63% de su presupuesto y las obras avanzan conforme a los tiempos previstos.
La primera fase de la construcción de esta nueva vía se inició en 2017 y finalizó en abril de 2019. La intervención consistió en salvar el río Jubera, enlazando la LR-261 de Murillo a Ventas Blancas con la carretera LR-259 que va de Murillo a Galilea, consiguiendo, de este modo, evitar el paso por Murillo de Río Leza de camiones procedentes del valle del Jubera en su búsqueda de la autopista o de la N-232.
La segunda fase de la variante de Murillo de Río Leza consiste en un trazado de nueva construcción, de 2,8 kilómetros de longitud y dos carriles de 3,5 metros. Parte del punto kilométrico 6+200 de la LR-259, donde se va a construir una glorieta de 30 metros de radio interior y 40 metros de radio exterior, que describe un arco hacia el sur para, después de salvar el cauce del río Leza, terminar en la glorieta, de iguales características, ya existente de la carretera LR-261 y enlazar con la primera fase ya construida. En total, incluyendo las dos fases, la nueva variante de la localidad tendrá una longitud de 6,25 metros.
Las obras que el Gobierno de La Rioja está llevando a cabo en esta segunda parte del proyecto contemplan salvar el cauce del río Leza con un puente de 173 metros de longitud y 15 metros de altura.
El viaducto consta de dos vanos de 25 metros y tres de 41 metros, y cuenta con dos vigas en artesa prefabricadas de hormigón pretensado y 2 metros de canto, apoyadas en pilas prefabricadas y sobre las que se construirá una losa de hormigón de 13 metros de anchura rematada con los reglamentarios pretiles de contención para evitar posibles caídas de vehículos.
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