“La vegana no es una dieta proscrita”
Más que una dieta, el nutricionista Jesús Egido considera que estamos ante una filosofía de vida porque los veganos “siguen una dieta como consecuencia de unos conceptos sobre el origen de los alimentos que no deben proceder de animales”, principios que aplican incluso a la ropa y otros ámbitos de la vida diaria. Pero nutricionalmente hablando, apunta, “esta dieta restringe fundamentalmente las proteínas procedentes de los animales”.
Nuestros cuerpo, explica el experto, requiere de una ración diaria de glucosa, proteínas y grasas y, tan malo es un exceso como una deficiencia. Por esta razón, “los veganos deben buscar el equilibrio de ingresos diarios para garantizar una buena salud a largo plazo”.
Un equilibrio para compensar las deficiencias que, por lo general, tiene la dieta vegana. Y es que tal y como explica el nutricionista, “hay carencias de origen proteico y de determinados minerales y vitaminas”. Sí que es cierto, puntualiza, “que por lo general solemos ingresar mucha más cantidad proteica de la que necesitamos y consumimos demasiados alimentos con proteínas pero tampoco debemos obviar que una alimentación con menos proteínas de las necesarias también es peligrosa”.
Por esta razón, Egido insiste en la necesidad de que los veganos “sepan sumar sus ingresos proteicos para ver si estas cantidades que ingieren están dentro o no de las recomendables, cantidades que están establecidas según el peso y el día”. Si se cubren, no hay ningún riesgo, asevera.
De hecho, el nutricionista desvela que “la dieta vegana reduce los factores de riesgo cardiovasculares y, por lo genera, también tienen menos hipertensión, diabetes, infartos...”. Por todo ello concluye que “no debemos ir contra esta dieta”. Y, al margen de la ideología, “si la cantidad y combinación de alimentos es adecuada y la cantidad de proteínas se controla, la vegana no es una dieta proscrita, se puede aceptar”.
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