'Madari, Rey León', el orgullo de su familia rinconera

A los 12 años Fernando Llorente partió rumbo a Bilbao junto a su tío donde terminaría por convertirse en el gran futbolista que hoy es. Ha pasado mucho tiempo desde entonces, sobre todo muchas cosas, pero Fernando Llorente, conocido como 'Madari el Rey León', sigue siendo el mismo niño bueno que jugaba por las calles de Rincón de Soto, Avenida de la Rioja arriba y abajo, ese niño que “nos tiene a todos locos. El pueblo entero está volcado con él. No puedes salir a la calle, todos nos dan la enhorabuena, es exagerado. Toda la gente ilusionada, sé que también en el resto de España pero en Rincón es una locura. Nos dicen de todo. Cada uno te dice una cosa. Los del F.C. Barcelona que quieren que vaya allí y los de Real Madrid lo propio pero yo sólo quiero que esté donde está ahora y veremos lo que pasa en un futuro”.

Son palabras de Fernando Llorente padre que sigue estando entusiasmado por los últimos acontecimientos que han tenido como protagonista a su hijo

. “Fernando se encuentra muy ilusionado, pero siempre está así, con mucha alegría por todo lo que le está pasando. Sobre todo veo qué es tan normal y tan prudente que nos dice muchas veces 'si no salgo no me preocupa, ya jugaré. Es una gran persona pero claro, ¡qué van a decir sus padres!”.

Isabel y Fernando, Fernando e Isabel, son esos padres orgullosos, sufridores, trabajadores pero sobre todo buenas personas que hablan de su familia con devoción. “Es un cielo de chaval, humilde, buena persona y todo lo que estamos viviendo gracias a él es fantástico. Primero fue importante el ir seleccionado y después marcar goles con esa camiseta fue la guinda del pastel y más con los jugadores que tiene La Roja. Por eso es importante”.

Tan importante como las cifras que atesora Fernando Llorente en su C.V. futbolístico. Debutó con el Athletic Club en el 2005,

su actual equipo en la Liga BBVA, y con la Roja el 19 de noviembre de 2008. Fechas que nunca olvidará aunque su familia tampoco. “Cada momento ha sido especial y hemos tenido tantos buenos como el día que debutó como profesional en Primera División con el At. Club de Bilbao. Ese fue especialmente emotivo porque nos parecía que nunca iba a llegar y cuando llega es el colmo. También fue bonito verle jugar con la camiseta de la selección”.

Pero ahora el momento es aún más dulce. Fernando Llorente ya es jugador consagrado de Primera División, con una gran progresión; está en el punto de mira de los grandes clubes; no es un novato en la selección, porque atesora no sólo convocatorias, sino minutos y lo más importante, goles. Pero su familia reconoce, y como repite una y otra vez su compañero de selección Andrés Iniesta, que sigue siendo él mismo. “A mi hijo no se le ha subido nada a la cabeza y es complicado pero nosotros siempre estamos diciéndole 'hijo sobre todo los pies en el suelo y comportate igual con todo el mundo'. Y más ahora que se especula con un posible fichaje en uno de los grandes equipos de España. Pero él esta ajeno, le preguntan y responde pero está centrado”.

INTENSOS PARTIDOS

Aunque de vuelta a la realidad, y a sus obligaciones con su equipo, aún quedan en la memoria de sus padres éstas dos semanas. “Fuimos, junto a sus hermanos, a Salamanca a verle y disfrutamos mucho aunque siempre con muchos nervios. El segundo partido ante Escocia lo vivimos en casa. Tranquilos al principio porque no salió el hijo y entusiasmados porque gananaban y luego tras verle jugar muy contentos y más cuando metió el gol. Fue una locura y nos sentimos muy ilusionados”.

Ilusión y alegría que aún perduran en casa de los Llorente, en su negocio familiar, en todo el pueblo de Rincón de Soto, en toda La Rioja y en toda España. Sus padres esperan ahora una visita de Madari, que puede ser en cualquier momento porque “Fernando nos llama y nos dice 'que voy para allí'. Pero actualmente anda muy ajetreado, es una locura porque todo el mundo quiere estar con él, quieren que vaya a tal sitio y está controlado minuto minuto”.

Sacrificio y trabajo se han aliado en el camino de Fernando Llorente a lo largo de su vida, siempre con la idea de llegar lejos, de conseguir su sueño a pesar de la lágrimas de su madre cuando lo vio partir para Bilbao. Con el paso de los años ha crecido como futbolista pero sobre todo como persona. El rinconero ha consolidado su imagen de proyecto de gran jugador y se ha convertido en toda una realidad con un gran futuro por delante y aún muchas alegrías por dar a su familia.