Más de 30 gobiernos africanos adoptan la “Declaración de Nairobi”contra el cambio climático
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha informado sobre la adhesión de más de 30 gobiernos africanos a la conocida como “Declaración de Nairobi” por el apoyo a países de este continente en materia de lucha contra el cambio climático desde la comunidad internacional.
El PNUMA señala que la Declaración sienta las bases para que los países africanos presenten sus casos en la próxima conferencia sobre cambio climático, que se celebrará a finales de este año en Copenhague. Entre las prioridades de los Estados de África está la de implementar programas que se centren en el desarrollo sostenible, particularmente los relacionados con la reducción de la pobreza, que afecta sobre todo a las mujeres y los niños.
Sobre la próxima conferencia relativa al cambio climático, más de 3.000 representantes de países de todo el mundo se reúnen desde hoy en Bonn (Alemania) para discutir los textos que se negociarán en las reuniones de finales de año.
Uno de los últimos informes publicados sobre cambio climático ha sido el de la Mesa Inter-Academias, que representa a las academias de las ciencias de numerosos países, y arroja datos sobre el futuro de los océanos ante la continua emisión de dióxido de carbono. Setenta academias de este grupo han advertido que las emisiones de gases contaminantes están volviendo los océanos más ácidos a un ritmo tal que podría poner en peligro todas las formas de vida, y que podría conducir a cambios en la composición química de los mares cuyos efectos serían “irreversibles” y durarían “miles de años”.
La Mesa Inter-Academias reclama a los Gobiernos que participarán en las negociaciones sobre el cambio climático en Bonn, que hagan lo posible para reducir los riesgos para los océanos mediante la adopción de un nuevo tratado de la ONU para la lucha contra el cambio climático, que debería ser acordado el próximo mes de diciembre en Copenhague.
Según el análisis de las citadas academias, para evitar un daño importante al ecosistema oceánico, se necesitaría una reducción profunda y rápida de las emisiones de dióxido de carbono en al menos un 50 por ciento de aquí a 2050, incluso mucho después de esa fecha. El aumento del dióxido de carbono, el principal gas con efecto invernadero, procedente en buena parte del consumo humano en combustibles fósiles, y es absorbido por los océanos.
El presidente de la academia de las ciencias británica, Martin Rees, ha advertido de que podría producirse una “catástrofe submarina”. Afirma que “los efectos se sentirían en todo el mundo, amenazarían la seguridad alimentaria, reducirían la protección de las costas y perjudicarían a las economías locales menos preparadas para afrontarlo”.
El comunicado de la Mesa Inter-Academias también advierte de que, de acuerdo con las estimaciones informáticas, si las actuales emisiones de dióxido de carbono continúan hasta 2050 “el océano sería más ácido que lo que ha sido en decenas de millones de años”.
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