Tres jornadas alpinas y una contrarreloj final decidirán quién sucede a Contador

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Hay tres claros nombres que se barajan para ser el sustituto del español. El que má opciones tiene es sin duda el actual líder Cadel Evans (Silence-Lotto), sin perder de vista a otros serios aspirantes como Franck Schleck (CSC), Denis Menchov (Rabobank), Carlos Sastre (CSC) o Ricardo Riccò (Saunier Duval).

En el ecuador de la ronda gala, varias incógnitas empiezan a resolverse, como las posibilidades de Valverde, muy menguadas tras la emboscada que sufrió en el Tourmalet, o la candidatura de Evans, que se confirmó con lágrimas como principal favorito a la victoria, las que vertió en Hautacam mientras se vestía el maillot amarillo por primera vez en su carrera.

Pasada la jornada de descanso, el recorrido vuelve a suavizarse para favorecer a esprinters y 'aventureros' en las tres etapas (de la 11 a la 14) que dejarán al pelotón al pie de los Alpes. Velocistas que siguen en carrera como el portador del maillot verde Óscar Freire (Rabobank), Mark Cavendish (Team Columbia) o Thor Hushovd (Credit Agricole) buscarán cazar una victoria antes del periplo montañoso. Tras este paréntesis, los favoritos volverán a copar la atención en la etapa 15, con el final inédito en Prato Nevoso, ya en suelo italiano y 'aperitivo' de los colosos alpinos. La jornada también tendrá el Col Agnel, de categoría especial y muy al inicio de la etapa.

Los corredores tendrán descanso al día siguiente (21 de julio) para afrontar el tramo decisivo de la carrera. Así, en la decimosexta etapa, entre Cuneo y Jausiers, el pelotón se enfrentará al Col de la Lombarde, más de veinte kilómetros con 7 por ciento media, y, sobre todo, al Col de la Bonette. La cima alpina, que no aparece en el Tour desde 1993 y que dio incluso problemas a Miguel Indurain, cuenta con 2.800 metros de altitud y será la ruta más alta de Europa frecuentada por una carrera. Serán casi 30 kilómetros al 6,2 por ciento de pendiente y cuyo descenso llevará a los favoritos hacia la meta.

Y sin tiempo para descansar, éstos tendrán que superar las míticas 21 curvas de Alpe d'Huez en la etapa 'reina' de la ronda, ya que antes de esta ilustre llegada en alto, en la que tiene puestos sus ambiciones Riccò, la carrera habrá castigado las piernas del pelotón con dos larguísimos puertos de categoría especial: el Galibier (se suben 1.200 metros en 23 km) y la Croix-de-Fer (1.500 metros en 30 km).

Después vendrán dos nuevas etapas de teórica relajación antes de la decisiva contrarreloj de la penúltima etapa. Los 53 kilómetros entre Cérilly y Saint-Amand-Montrond aclararán definitivamente el nombre de los tres ciclistas que subirán al podio, con grandes opciones para especialistas como Evans y Menchov si logran no pasar muchos apuros en territorio alpino. El día siguiente, el paseo triunfal por los Campos Eliseos echará el cierre a esta 95 edición de la 'Grande Boucle'.

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