Un punto más pese al horrendo terreno de juego
Seguir sumando. Con eso debe quedarse la Unión Deportiva Logroñés de su visita a tierras extremañas. Con el punto logrado en un auténtico 'patatal', impropio para poder jugar al ¿fútbol? Balón va, balón viene. Hasta el esférico sufre en un campo como el Príncipe Felipe. Ante esta circunstancia, el punto obtenido frente al Cacereño es bueno. Mejor hubiera sido el triunfo si Joel Valencia no se habría topado con el larguero o si se habría pitado penalti sobre Pere Milla, todo en la primera mitad. Claro que peor habría sido irse sin puntuar de no mediar Miguel con una de esas paradas de reflejos en la segunda mitad. Por eso, hay que estar satisfecho con lo obtenido.
El duelo exigía concentración, solidez defensiva y una pizca de suerte en la faceta ofensiva. Los blanquirrojos cumplieron con las dos primeras premisas, con la tercera... pues se tuvo en la recta fina del choque para no abandonar el campo con cara de tontos. Carlos Pouso repitió el mismo once que ganó con convencimiento al Guijuelo y los jugadores comenzaron el choque con brío, adaptándose mejor que un Cacereño más cauto, más reservón, más expectante, como buscando el error de una UDL consciente de que no er aun día para muchas florituras. Había que ser práctico. Por ello, los riojanos fueron verticales, directos, una forma de juego a la que está acostumbrado, el mérito pasaba por saber si la pelota iba a botar hacia un lado o hacia otro.
En esa dinámica, Joel Valencia, manteniendo el estado de gracia y confianza de los últimos duelos, fue la nota positiva y diferente en el ataque de los visitantes. El ecuatoriano, de hecho, gozó de la mejor oportunidad antes del minuto diez. Regateó con finura se metió en el área y tiró con intención, pero su golpeó impactó en el larguero. Un aviso de que el UD Logroñés estaba dispuesto a ser el primero en ganar en el Príncipe Felipe esta campaña. Lástima que no se culminara.
Posible penalti a Pere Milla
Carlos Fernández -tuvo una buena oportunidad pero le faltó el cariz ambicioso de acabar él la jugada- era el referente y como los envíos eran casi todos para él, había que crecerse en las segundas jugadas para después cargar por el perfil zurdo, donde Joel Valencia parecía entonado. El dominio era visitante, aunque había poca presencias en las áreas. Una de las pocas llegadas francas, Pere Milla fue derribado. Un más que posible penalti que podía haber cambiado el rumbo de los acontecimientos.
El Cacereño, a su ritmo, aguantaba y trataba de salir a la contra, aunque sin que Miguel tuviera trabajo. El descanso le sentó mejor al cuadro local, que espabiló en la segunda mitad. Ahora hasta tiraban a portería, aunque fuera con tiros lejanos. Era la manera de indicar que estaban en el partido. Al que le costaba generar peligro era a una UDL más pendiente de no cometer errores que de arriesgar en exceso.
Cuerva, pasada la hora, probó a Miguel que dejó un rechace al que estuvo atento Miguel Santos para despejar antes de que Ocaña pusiera el pie. El Cacereño avisaba. Jordan, sustituyó a Carlos Fernández -aquejado de problemas físicos-, en el descanso y Álvaro González, que entró por Joel Valencia, intentaban de poner algo más de velocidad en el juego ofensivo de los riojanos, aunque sin premio. De ahí, que las acciones a balón parado fueran claves para intentar desequilirbar un duelo excesivamente condicionado por el terreno de juego.
Los tiros de los visitantes o se iban al limbo o eran mansos para Vargas. La mejor noticia, sin duda, era que no había desajustes defensivos y que el Cacereño proponía muy poco. Sin embargo, cuando se llegó a la recta final, es como si la UDL se contentara con el punto, había que conservar lo que se había trabajado durante 80 minutos. El bloque local, entonces, casi sin querer pisó más campo ajeno. Y en un córner pudo variar el panorama. Minuto 83, saque de esquina cerrado y Martins la peinó... Miguel saca las manos y el esférico le da de tal manera que después el larguero evita el gol.
Tocaba trabajar. Íker Alegre a escena en detrimento de Titi. Un cambio para enfriar el choque, para que no pasara nada más, para dormir el encuentro, para evitar contratiempos, para continuar sumando una jornada más y alcanzar los 32 puntos. La Cultural, de ganar adelantaría a los riojanos, pero tal y como estaba el campo, casi de auténticas minas, hay que dar por bueno lo logrado en tierras extremeñas. El martes toca día para disfrutar de la Copa del Rey en el Sánchez Pizjuán, para desconectar de la liga, y volver con fuerzas ante el Tudelano en el último partido del año.
Cacereño: Vargas, Palero, Toni, Mejías, Gonzalo, Leo Ramírez, Martins, Cuerva, Aarón, Amaro (Ale, min. 75) y Ocaña (Kofi, min. 86).
UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Jacobo, Borja, Paredes; Adrián León; Titi (Íker Alegre, min. 86), Pere Milla, Muneta, Joel Valencia (Álvaro González, min. 61); y Carlos Fernández (Jordan, min. 46).
Goles: No hubo.
Árbitro: Milla Alvendiz (Comité Andaluz), acompañado por Lamadrid Álvarez y Santizo Alvarez. Amonestó a los locales Leo Ramírez (min. 48) y Toni (min. 70); y a los visitantes Borja (min. 10), Miguel Santos (min. 42) y Álvaro González (min. 89).
Incidencias: 1.500 espectadores en el Príncipe Felipe en un terreno de juego horrible.
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