Las centenarias Cocheras de Cuatro Caminos desaparecen bajo los escombros y la lentitud judicial

Diego Casado

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La historia de los primeros talleres, almacenes y garajes del Metro de Madrid, construidos en 1919, ha quedado reducida a escombros. Durante la tarde de este lunes la maquinaria de obras ejecutaba casi completamente un derribo que comenzó hace tres meses junto a la glorieta de Cuatro Caminos y que ha finalizado con la desaparición de las naves que durante décadas sirvieron para guardar y reparar los vagones del suburbano de la capital.

Los operarios contratados por Residencial Metropolitan, la cooperativa que construirá en este espacio cientos de viviendas, comenzaban el desmontaje de la zona centenaria de las cocheras a primera hora de la mañana, después de haber soltado las correas de enganche al soporte metálico y asegurado algunos muros la semana anterior. Primero empezaban con la nave a dos aguas situada al oeste y después echaban abajo la nave central de dientes de sierra característica del edificio. A última hora de la tarde se producía el desplome de las últimas cerchas, que se convertían en un amasijo de hierros y transformaban este terreno en un solar, por primera vez desde hace más de cien años.

El derribo de la parte histórica era inminente y tenía el visto bueno del Ayuntamiento de Madrid, que había concedido el permiso de demolición hace meses. Solo una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid el pasado mes de abril puso en duda la operación urbanística debido a la anulación de los cambios en el PGOU de la ciudad para dar cabida a los nuevos bloques de viviendas. Pero la incertidumbre duró poco: el área de Desarrollo Urbano afirmó que recurriría la sentencia ante el Tribunal Supremo, por lo que las obras podían seguir adelante.

“Es una destrucción incomprensible, inconmensurable e injustificable”, lamenta Álvaro Bonet, arquitecto y miembro de Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP), una de las asociaciones que más ha peleado por la conservación del complejo. “Es además ilegal, porque el Ayuntamiento asegura que los defectos del plan son subsanables, algo que no es cierto y que se va a demostrar en el Supremo”, dice en referencia al proceso judicial, que todavía no ha acabado y que puede acabar dándoles la razón.

MCyP acusa al delegado de Urbanismo de defender los “intereses particulares” de los cooperativistas en lugar del “bien común” y advierte que el desarrollo urbanístico tiene muchas lagunas que la justicia ha destapado y que seguirá haciéndolo: “La edificabilidad que tienen prevista no cumple y se produjo una venta de un suelo municipal ilegal”, afirma en relación a una parcela propiedad del Ayuntamiento de Madrid que no fue tenida en cuenta y cuya existencia salió a la luz hace solo unas semanas.

Hasta que la justicia avance, de todo el complejo de Cocheras solo se salvará el arco de entrada a los andenes subterráneos, protegido como parte del complejo original, al igual que unos 75 metros lineales del muro Este, que corresponden al cerramiento de planta baja de la demolida Casa Tuduri y a seis módulos más. Es lo único que hoy ha quedado en pie, protegido por unos contrafuertes provisionales para evitar su caída durante las obras, aunque su ubicación final todavía es una incógnita.

Historia de una lucha por el patrimonio

Metro de Madrid vendió en 2014 el solar que ocupan las Cocheras de Cuatro Caminos. Lo hizo por 88 millones de euros a una cooperativa reunida alrededor de la promotora Ibosa. Su proyecto, que ha ido modificando, prevé levantar 443 viviendas de altas calidades en el terreno, 58.500 metros cuadrados residenciales distribuidos en varios edificios -uno de ellos de 35 plantas y 105 metros, el más alto de Chamberí-, además de varios equipamientos públicos y un parque. Debajo del complejo se ubicarán las nuevas cocheras de Metro, subterráneas.

Desde el momento en el que se conoció el futuro de las cocheras surgieron muchas voces en contra, defendiendo el valor de un patrimonio industrial único en Madrid, tanto por su diseño como por su antigüedad. Varias asociaciones del distrito -Corazón Verde Chamberí o Parque Sí entre ellas- conformaron junto a MCyP la plataforma Salvemos las Cocheras de Cuatro Caminos, que se dedicó por un lado a explicar la importancia de este espacio (para el legado queda esta página web con abundante información histórica) y por el otro a levantar un muro judicial “que impidiera la pérdida del patrimonio”. Por un lado se intentó que todo el complejo fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC) para su protección definitiva y por el otro buscó demostrar que los cambios urbanísticos para albergar la operación fueron ilegales. El TSJM les dio la razón en los segundo y les denegó lo primero. Ambas sentencias están recurridas y se decidirán en el Tribunal Supremo.

Por el camino, la plataforma que surgió cree que su labor de divulgación ha generado una “conciencia colectiva” hacia edificios del distrito de Chamberí como el Taller de Precisión de Artillería -ya derribado- o el Parque Móvil, de gran riqueza patrimonial pero “que no cumplen los cánones sacralizados” de belleza monumental. A veces, este valor era puesto en duda por las partes interesadas en las operaciones urbanísticas, que por ejemplo llamaban con desprecio “cochambreras” a las Cocheras de Cuatro Caminos.

El derribo de las cocheras centenarias tiene lugar unos días después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid se fotografiara con la réplica del templete de Antonio Palacios en la Gran Vía. Allí habló de recuperar los elementos del pasado que dieron esplendor al suburbano madrileño. Algo que también hará la Consejería de Transportes en otras antiguas cocheras, las de Plaza de Castilla, donde se simularán los tejados antiguos en un futuro parque que también albergará un espectacular Museo del Metro.

Los conservacionistas pedían montar este museo en Cuatro Caminos y hacer compatible el proyecto urbanístico con el patrimonial, pero ni Comunidad de Madrid, ni Ayuntamiento ni Residencial Metropolitan se mostraron abiertos a negociarlo. Así que la pelea seguirá en los tribunales: “Podría haber sido el mejor museo del Metro del mundo, pero no vamos a consentir que la política de hechos consumados sea válida en esta ciudad, porque si no se utilizará más veces. Vamos a seguir pleiteando y vamos a exigir la reconstrucción de las Cocheras”, avisan desde MCyP.