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Las parcelas públicas sobre las ruinas olímpicas de Madrid que Almeida cedió al Atlético para encarecer su venta

Cumpliendo la máxima de que todo fracaso es a la vez una oportunidad, el Atlético de Madrid ha aprovechado las frustradas intentonas de Madrid por acoger unos Juegos Olímpicos para explotar unas parcelas de 205.000 metros cuadrados, en gran parte destinadas originalmente a la gran cita deportiva que se celebra cada cuatro años. Con la inestimable connivencia del Ayuntamiento, liderado por el reconocido colchonero José Luis Martínez-Almeida, una cesión de terrenos municipales durante 75 años impulsa esta extensión de instalaciones alrededor del Metropolitano (en un principio, cuando aún era conocido como La Peineta, ideado como estadio olímpico).

Bautizado como Ciudad del Deporte, aunque detalles posteriores apuntan a un negocio basado más bien en el ocio de restauración y compras con la práctica deportiva relegada a un segundo plano, el proyecto es un puntal básico en la milmillonaria venta del club que trascendió hace unas semanas. Los terrenos del barrio de San Blas albergarán para la explotación del Atleti un centro de alto rendimiento, pistas de pádel, una piscina de olas artificiales, un parking, un centro comercial (aunque en principio iba a ser un hotel) y hasta un campo de golf (tampoco contemplado en la concepción original).

Las obras de las que se beneficiarán el Ayuntamiento y la ciudadanía de Madrid, para los accesos por carretera y para instalaciones municipales (una pista de atletismo, un puñado de campos de fútbol y pistas polideportivas cubiertas), costarán 53,5 millones de euros. Una cuarta parte del precio de las que tendrán lugar en las parcelas privatizadas durante los próximos 75 años, que explotará comercialmente el Atlético, las cuales alcanzarán los 200,3 millones de euros de inversión.

Azuzado por las posibilidades de sacar rédito a las edificaciones que se erigen en esos cientos de miles de metros cuadrados, el fondo estadounidense Apollo Global Management (gigante de la inversión en el ladrillo) se ha convertido en propietario mayoritario del club después de adquirir el 55% de las acciones. Los dueños desde la apropiación irregular de la sociedad anónima deportiva en 1992, Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo, conservarán un paquete y sus cargos como consejero delegado y presidente, respectivamente. El Atlético está valorado en 2.500 millones de euros, según el diario Expansión. Al comprar un 55% de acciones, Apollo aportará en torno a 1.300 millones de euros como socio mayoritario.

Además de los éxitos deportivos desde la llegada de Diego Pablo Simeone en 2011, las posibilidades económicas que ofrece la expansión inmobiliaria son la principal explicación de la oferta de Apollo. Así lo exponía en declaraciones a Somos Madrid el abogado de Señales de Humo (la asociación de aficionados rojiblancos más crítica con la directiva), Jesús Martínez: “Más allá del atractivo del club, la Ciudad del Deporte y el proyecto en el antiguo Centro Acuático Olímpico es el motivo principal de que Apollo se haya interesado en el Atleti. Supone una fuente de ingresos constante, paralela a los ingresos deportivos e independiente de estos. No importa si la pelota entra o no, se va a ganar dinero de otra forma. La conjunción de ambas fuentes de ingresos será fundamental, de manera que la inversión en lo deportivo se incrementará”.

El propio Almeida, tan acérrimo colchonero (pese a su buena sintonía con Florentino Pérez) que llegó a deslizar la posibilidad de llamar a su hijo Julián en honor al delantero del equipo, calificó como un “salto de calidad” la incorporación de Apollo como accionista mayoritario del Atlético de Madrid. Negó asimismo que la venta tenga influencia o pueda cuestionar la concesión de los terrenos al club. De hecho, esa operación propicia la venta. “Creo que es una apuesta de inversión por la ciudad de Madrid y una apuesta importante”, trasladó el alcalde al conocer una noticia que calificó como “buena”, ya que atraerá “más inversión” y “generará riqueza”. El regidor ha entregado al Atleti hasta la denominación de cuatro calles del área en desarrollo, una de ellas con la controvertida nomenclatura de tintes franquistas Atlético Aviación.

El Atleti encuentra un manantial en el desierto con el fracasado Centro Acuático

Jesús Martínez mencionaba otro desastre olímpico que aprovechará el Atleti, el del Centro Acuático. Este proyecto inacabado el Consistorio que dirigía Alberto Ruiz-Gallardón supuso un gasto de al menos 99,6 millones de euros en un armazón inútil, al que todavía le quedaban otros 91 millones de inversión por pagar cuando se abandonaron sus obras, en el 2010. La intención era albergar competiciones de natación, saltos y waterpolo, con hasta 18.000 espectadores de aforo. Formó parte del sueño olímpico de la capital de España hasta que cosechó tres derrotas en las candidaturas de 2012, 2016 y 2020. El recinto quedó abandonado al constatar que sus constructoras (Ortiz y Dragados) habían calculado erróneamente el coste final, que iba a ser de 136,7 millones de euros y se acabó elevando a 191,5.

Los planes de la entidad colchonera para este espacio no habían trascendido de forma detallada, más allá de que el club mostrara hace meses a sus peñas imágenes de una iniciativa conocida como Madrid Music District. Tampoco la contribución a la ciudad a cambio de una cesión que será también de 75 años. Pero este diario ha podido consultar ya algunos pormenores de la concesión para construir lo que el Consistorio define como un “complejo multifuncional”.

El objetivo es erigir un hotel de 4 estrellas con 250 habitaciones, un “espacio cultural polivalente” con capacidad para 1.200 personas, un centro de formación de 19.600 metros cuadrados para estudios universitarios o Formación Profesional, un aparcamiento subterráneo para 1.100 vehículos, un centro deportivo de 11.000 metros cuadrados para 9.000 abonados y la joya de la corona: un pabellón de 37.500 metros cuadrados con capacidad para 20.000 espectadores. Con ello igualaría al Juan Roig de València como el de mayor capacidad en España, aunque el Palacio de los Deportes ya ha anunciado que estudia aumentar su aforo hasta los 20.008.

La facturación prevista en todo el complejo para el año 2060 es de 200 millones de euros, que alcanzarán los 445 millones cuando acabe en el 2100. “La concesión terminará de consolidar la totalidad del ámbito, siendo el adjudicatario quien asumirá el riesgo económico de la gestión y abonará al Ayuntamiento de Madrid un canon anual durante el período de vigencia de 75 años”, informan fuentes municipales. Después de un período de carencia sin canon que durará un lustro, este será de 306.000 euros al año del 6º al 25º; de 826.000 del 26º al 50º y de 1.493.586 del 51º al 75º. Los beneficios para el Atleti serán de 95 millones antes de impuestos.

Desde el área de Obras y Equipamientos del Gobierno de Cibeles sostienen que la dotación “se unirá a la futura Ciudad del Deporte que en la actualidad está construyendo en el ámbito el Atlético de Madrid, que en su conjunto permitirá completar el tejido urbano del distrito de San Blas-Canillejas, poniendo en valor un espacio que hasta ahora estaba infrautilizad”.

La Ciudad del Deporte en la que merma el deporte y crecen los usos comerciales

En dicha Ciudad del Deporta, ya no tan deportiva, se da otra de las grandes novedades introducidas tiempo después del anuncio inicial: la puesta en marcha de un centro comercial en una de las principales parcelas cedidas. En 2024, el club rojiblanco solicitó al Ayuntamiento abrir “amplias zonas” del tipo “comercial y de restauración” en la parcela DS-04, calificada como de uso deportivo, en la que estaba prevista la edificación de un miniestadio de 6.000 espectadores y 25 pistas de pádel. Según los documentos a los que tuvo acceso este periódico, el Atlético asegura que estas instalaciones comerciales “generarán un acceso diario de público que darán vista continua a esta zona”, que quiere convertir en un “foco de atracción” no solo para el barrio en el que se ubica, sino también para los ciudadanos “de la Comunidad de Madrid”.

Este nuevo polo de tiendas se extenderá también a la parcela DS-05, diseñada ya en un principio para acoger usos complementarios y asociados permitidos en el planeamiento (comercial y hotelero): “El pliego prevé la construcción de un conjunto edificatorio formado por usos comerciales y hotel, por lo que no se ha cambiado o sustituido uno por otro, ya que en la citada parcela irá un centro comercial y un hotel residencia deportiva”, sostienen desde el Consistorio. Según el portal Wit Retail, el espacio para compras tendrá una superficie de unos 40.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantes diferentes, además de 1.500 plazas de aparcamiento. Contará con 70 locales diferentes destinados a tiendas de ropa, alimentación, moda, ocio y servicios.

En el área de Obras adelantan además los horizontes temporales que el Ayuntamiento maneja para estos trabajos: “El plazo general de la Ciudad del Deporte es el otoño del 2027, si bien se prevé para la primavera-verano de 2026 la finalización de las obras en las dos parcelas que no son objeto de concesión y que albergarán los equipamientos deportivos municipales”. Si estas fechas se cumplen, la zona del Metropolitano presentará un aspecto radicalmente distinto en menos de dos años y Apollo comenzará a rentabilizar una inversión que el equipo de Almeida ha puesto en bandeja de plata. Todo ello a costa de perder suelo público y de alejar, más si cabe, la ilusión olímpica en la ciudad.