AECA-ITV alerta sobre el calor extremo: “Un sobrecalentamiento puede provocar fallos graves en el motor”

Las olas de calor no solo afectan a la salud de las personas: también ponen a prueba la seguridad de los vehículos. Desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) advierten de que las altas temperaturas influyen directamente en el rendimiento de componentes clave y recuerdan que la revisión periódica es esencial para evitar averías y accidentes.

Sistemas más vulnerables

Según AECA-ITV, “las partes más vulnerables del vehículo ante el calor extremo incluyen: sistema de refrigeración (radiador, termostato, bomba de agua), neumáticos, batería, líquidos, escobillas y plásticos, y sistema de frenos”. El sobrecalentamiento del motor, la degradación acelerada de las gomas o la pérdida de propiedades de los líquidos son solo algunos de los efectos que puede provocar la exposición prolongada a temperaturas elevadas.

La prevención, insisten, es la mejor herramienta. “La mayoría de los puntos indicados anteriormente se previenen con el correcto mantenimiento del coche, según las prescripciones indicadas por el fabricante del mismo para cada uno de los elementos en función del modelo del vehículo y con la realización de la inspección técnica correspondiente”, apuntan.

Señales de alerta

Con el calor, los síntomas de avería pueden aparecer en cualquier momento. “Algunas señales claras de riesgo incluyen: aumento excesivo de la temperatura del motor en el cuadro de mandos, pérdida de presión en los neumáticos, testigos de alerta encendidos, disminución en la respuesta del pedal de freno o ruidos anómalos en compartimiento motor u otros sistemas del automóvil, y fugas visibles de líquidos bajo el vehículo”, detallan desde AECA-ITV.

El freno, un sistema crítico

Uno de los apartados que más preocupa es el del frenado. “El calor ambiental en el sistema de frenos, a efectos de inspección, afecta principalmente al comportamiento del líquido de frenos”, explican. Aunque este componente está diseñado para funcionar tanto a temperaturas muy altas como muy bajas, la falta de mantenimiento puede comprometer su eficacia.

“El líquido de frenos puede soportar las temperaturas elevadas que se generan en los frenos debido tanto al rozamiento como a las temperaturas gélidas de los inviernos más fríos, es decir, su gran característica es que es capaz de comportarse como un líquido independientemente del clima exterior”, señalan.

Sin embargo, “el desgaste de las juntas u otros elementos que permitan la entrada de humedad, agua o de otras sustancias al circuito conlleva un deterioro del líquido de frenos”. Por ello, remarcan que “de todas formas, es imprescindible la revisión de todo el sistema de frenos en su conjunto”.

Mantenimiento y defectos

Preguntados por si el calor ha incrementado los fallos detectados en las inspecciones (las de la ITV), desde AECA-ITV matizan que “la mayoría de los defectos imputados en inspección no están relacionados con la temperatura del ambiente sino con el uso que se da al vehículo a lo largo del tiempo”. Incluso, puntualizan que “para determinados componentes del vehículo (motor), son más problemáticas las bajas temperaturas que las altas”.

Aun así, reconocen que el sol y las olas de calor intensifican el desgaste de elementos como neumáticos, plásticos y baterías, especialmente en coches con más años de uso o sin mantenimiento adecuado.

Consejos para el verano

“Las recomendaciones mas básicas, serían: intentar estacionar en lugares de sombra, evitando la exposición al sol en las horas de mayor temperatura. Es recomendable la utilización de parasol en el interior del vehículo ya que reduce la temperatura del interior. Ventilar el interior antes de encender el aire acondicionado (abrir puertas/ventanas unos minutos). Evitar acelerar en frío: dejar que el motor estabilice su temperatura un par de minutos.”

Añaden que, “mas allá de estas recomendaciones cuando se estaciona un vehículo al sol, antes de emprender un viaje siempre es recomendable comprobar los sistemas básicos del coche y, en caso de duda, realizar una inspección técnica voluntaria y así asegurarse del correcto estado del vehículo.”