Los cepos, comúnmente conocidos como 'costillas', se encontraban clavados sobre los troncos de los árboles, preparados para su uso utilizando como cebo gusanos. Se trata de un método de caza totalmente prohibido, por no ser selectivo, ya que puede atrapar cualquier tipo de especie protegida, ha explicado la Guardia Civil.
Los agentes retiraron los cepos de la finca para evitar daños a animales y se establecieron en el lugar varios apostaderos y vigilancias que no han dado resultado. Se mantienen otras líneas de investigaciones para tratar de dar con el responsable de la colocación.