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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Alerta anticarcas

Vox está difundiendo que “la violencia de género no existe”, que “es un invento político”, que “hay muchas denuncias y cifras falsas” o que “el feminismo es cáncer”. Cuando alguien ose blanquear la gravedad de estos discursos, que piense en el daño que hacen a nuestra convivencia. La extrema derecha está extendiendo este veneno, señalando a las mujeres, haciendo gala de su machismo, sembrando dudas sobre las víctimas, desprestigiando el trabajo de quienes trabajan para combatir esta lacra.

Vox, que se llena la boca de lucha contra el terrorismo, está relativizando el terror de tantas mujeres que sufren el acoso, la violencia, el asesinato a manos de sus parejas o exparejas que las matan. A ellas. En lo que va de este año, llevamos más de medio centenar de víctimas. Superamos la cifra del año anterior. Es una losa que un país debiera combatir trabajando todos a una. Aquí, la extrema derecha está difundiendo mentiras con la condescendencia de socios políticos y de quienes se lo toman como un discurso más.

Vox se llena la boca de patria, pero hay compatriotas que están siendo asesinadas y la extrema derecha hace demagogia con esta causa. Hay que protegerlas, sí, porque en gran número las matan a ellas. Por eso, nos dotamos de una ley que no es ninguna discriminación, sino una iniciativa para amparar al eslabón más débil, que son las mujeres a las que están matando por decenas cada año. Más de un millar con los datos desde 2003. No son un número inventado, ni una estadística falsa. Son casos que indican que hay que combatir el machismo y su violencia, que las mata.

Por un puñado de votos y por el interés de lobbies patriarcales, la extrema derecha tiene en su punto de mira desprestigiar el trabajo de quienes luchan contra el machismo, por la igualdad, a favor de las mujeres, por avanzar. En ese contexto se enmarcan diversos ataques, como decir que “ellas tienen derecho a cortarse las uñas y estar guapas, pero no a abortar”, acosan con ecografías junto a las clínicas abortivas, hablan de “cuotas por entrepierna que colocan a las que no son válidas” o “costura como asignatura obligatoria, en vez de feminismo, porque empodera mucho coser”.

La extrema derecha frivoliza hablando de “lesboterrorismo”, “pornofeminismo”, “zoofilia en los colegios”... Podría parecer friki, pero va en la línea de menoscabar la lucha feminista y de los colectivos que llevan años trabajando por la igualdad en general. Ya sabemos que esto con Franco no pasaba. En democracia, los que no deben pasar son los que quieren retroceder. Ha costado años conquistar derechos como el divorcio, el aborto, el matrimonio homosexual, la ley violencia de género... Normas de las que se han beneficiado hasta los carcas que las quisieron frenar. Es la normalización de su discurso reaccionario lo que ahora debemos detener. Debe ponernos en alerta si no queremos volver atrás.