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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Pedir las cuentas

Miguel Matbet | socio de elDiario.es

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Pedir las Cuentas

Much@s estamos suscrit@s a varios medios de prensa (hay que leerlos con lupa), a alguna que otra organización político-ciudadana que desde nuestro punto de vista es de alto interés social y comunitario, o como “accionistas” (muy menud@s) o como participantes en alguna cooperativa de consumo, suscritos también a ser consumidor@s de productos locales y a declarar la guerra a la generación innecesaria de residuos, suscritos a colaborar con alguna ONG (también es necesaria la lupa)... En fin, que muchas pueden ser las cosas que hacemos y muchas las que nos queda mucho por hacer. Pero lo mínimo que debemos pedir son “las cuentas claras”; cuando las hay, que a veces no es necesario siquiera el dinero para hacer grandes cosas.

Pedir las cuentas. Sin embargo, vaya usted a pedirle cuentas a las grandes corporaciones privadas, al banco tradicional que gestiona su dinero, o al banco donde deposita sus pocos ahorros (si tiene la capacidad de ahorrar nada), a la empresa suministradora de agua o de luz, a la empresa donde trabaja, a las corporaciones públicas locales o más lejanas... En fin.

Que es una urgencia democratizar la economía, y particularmente la publica; es decir, la de la administración pública y también la de todas aquellas empresas que gestionan cualquier área o presupuesto público, también las de aquellas a las que se les ha “transferido” o que, literalmente, se hayan apropiado de lo público (esto es lo que ha pasado con las continuas privatizaciones): medios, recursos y servicios estratégicos para la comunidad (algo que habría que revertir)

La economía, tenemos que exigir, hay que hacerla entendible y participativa. La ciencificación de la misma no deja de ser una manera intencionada de hacerla más compleja de lo que realmente es. A nosotr@s nos toca ir tomando partido y cambiar nuestras forma de estar en el mundo, de gastar nuestro dinero (el poco o no tan poco que ganamos con nuestro trabajo) haciéndonos más corresponsables, más conscientes de cuales son las consecuencias y más armónicos con el contexto natural y humano, más creativos en el consumo, más activos en la participación social y ciudadana, más solidarios y menos serviles al poder de aquellos que nos quieren convencer de que no tenemos nada que hacer.

Pedir las Cuentas

Much@s estamos suscrit@s a varios medios de prensa (hay que leerlos con lupa), a alguna que otra organización político-ciudadana que desde nuestro punto de vista es de alto interés social y comunitario, o como “accionistas” (muy menud@s) o como participantes en alguna cooperativa de consumo, suscritos también a ser consumidor@s de productos locales y a declarar la guerra a la generación innecesaria de residuos, suscritos a colaborar con alguna ONG (también es necesaria la lupa)... En fin, que muchas pueden ser las cosas que hacemos y muchas las que nos queda mucho por hacer. Pero lo mínimo que debemos pedir son “las cuentas claras”; cuando las hay, que a veces no es necesario siquiera el dinero para hacer grandes cosas.