María Dolores de Cospedal ha llegado a la Audiencia Nacional 30 minutos antes de la hora a la que estaba citada. Dentro la esperaban sus asesores, a diferencia de Javier Arenas, que cruzó la puerta de la calle Prim escoltado por ellos. La secretaria general ha tenido que esperar después casi 45 minutos ya que el fiscal tenía unas diligencias previas que tramitar.
Lo reducido del espacio ha provocado que Cospedal tuviera que pasar entre un pasillo de periodistas para dirigirse al baño. “Buenos días”, ha saludado sonriente a los representantes de los medios. Cuando uno le ha preguntado cómo encaraba su comparecencia ante el juez, se ha disculpado: “Perdonad, pero aquí no puedo hacer declaraciones”. Uno de sus portavoces ha descartado que después de testificar la secretaria general comente algo de su testimonio a los periodistas.
La secretaria general solo pudo ver desde su coche a dos grupos de personas congregados a la entrada de la calle, donde la Policía los había acordonado para que no pudieran acercarse. Un grupo lo formaban los afectados por las preferentes, que protestaban entre gristos como “Cospedal, a Soto del Real”. El otro, menos numeroso, estaba compuesto de varios jóvenes simpatizantes que la animaban con entusiasmo. algunos de ellos, de las Nuevas Generaciones del PP.