Mayor Oreja ha intervenido este viernes en una mesa redonda organizada por el Foro de Ermua junto al secretario general de FAES, Javier Zarzalejos, y ha advertido de que el movimiento nacionalista “no tiene marcha atrás” porque no se trata de “una ocurrencia” del presidente de la Generalitat, Artur Mas, sino que sus reivindicaciones soberanistas están “en la genética” de los nacionalismos.
“Es evidente que será necesario poner en marcha un proceso en la dirección contraria”, ha dicho Mayor Oreja reconociendo que no sabe cómo debe articularse este movimiento pero atribuyendo el protagonismo al Gobierno, los partidos políticos y una gran mayoría ciudadana. En este contexto, ha recordado que siendo él ministro del Interior nació en el verano de 1997 un amplio movimiento social que respondió a ETA tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco y el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara.
Durante su intervención, el portavoz 'popular en el Parlamento Europeo ha insistido en que la esencia de los nacionalismos les lleva a la actual deriva porque los estatutos de autonomía eran sólo “un trampolín” para dar “el salto a la ruptura o la independencia” y ha propuesto como alternativa “no enmudecer” y “no plantear la inacción como única forma”.
“Estamos viviendo simplemente la consecuencia de la genética de un movimiento nacionalista, que hace converger a ERC con CiU y a ETA con el PNV, ya que comparten el objetivo final de la ruptura aunque se llevan mal porque quieren el poder”, ha argumentado.
CAMPAÑA “POCO INTELIGENTE” DE CiU
En este contexto, ha analizado el resultado de las últimas elecciones en el País Vasco y las catalanas del próximo día 25 y ha augurado que el escenario parlamentario en ambas comunidades será “muy similar” con una “amplia mayoría nacionalista”. Sin embargo, frente a la campaña “inteligente” que considera que hizo el PNV, cree que CiU está desarrollando una campaña electoral “poco inteligente para sus intereses” porque en ocasiones beneficia más a ERC.
A su juicio, este escenario llega tras una década en la que “se ha potenciado este proyecto de ruptura” y que se inició durante la primera legislatura del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su negociación con ETA, durante la que se puso en marcha la “segunda transición”. “La ruptura y la España irreconocible aquí se dan la mano hasta que la crisis hace saltar por los aires a Zapatero, pero quedan sus secuelas”, ha lamentado.
Mayor Oreja ha explicado que ETA evaluará el resultado de ambas elecciones autonómicas “simultáneamente” y también lo hará el movimiento nacionalista, ante lo que hay que adelantar “cómo se mueven y qué hacen” para tratar de frenarlos.