Sin dispositivo policial para la Navidad, Sevilla afrontará el inicio de las fiestas bajo un decreto de emergencia. Un día después de que la oposición tumbara en pleno el Plan de Navidad del Gobierno municipal y sin acuerdo con los sindicatos policiales, el alcalde, José Luis Sanz, ha activado este jueves el Plan de Emergencias Nivel 1, como medida extraordinaria para movilizar a los agentes de la Policía Local con carácter obligatorio y sin cobrar complementos de productividad hasta el 19 de diciembre.
El regidor del PP ha anunciado esta decisión al término de la Junta Local de Seguridad, celebrada este jueves junto al subdelegado del Gobierno y mandos de Policía Local y Nacional. Con el decreto en vigor desde este mismo jueves y sin fecha de finalización, el Ayuntamiento sostiene que podrá desplegar “entre 400 y 500 agentes al día” en tres turnos, ajustando el número de efectivos a cada jornada. Sanz intenta afrontar así los eventos de la ciudad durante las próximas fechas navideñas, empezando por el alumbrado navideño y el derbi sevillano previstos para este fin de semana.
El decreto obliga a los agentes a asumir los servicios que el Consistorio requiera sin percibir las horas extras hasta el 19 de diciembre, fecha en la que arranca el Plan de Navidad que sigue vigente desde 2004. Para ausentarse, la única vía será una baja médica justificada. En caso contrario, el Ayuntamiento advierte de que podrán abrirse expedientes disciplinarios.
Pulso entre el Gobierno de Sanz y la plantilla policial
Sanz ha defendido que no había otra salida tras el rechazo unánime de los sindicatos de la Policía Local al plan de 5,6 millones diseñado por el Gobierno municipal, así como el voto en contra de PSOE, Vox y Con Podemos-IU en el pleno extraordinario del miércoles. Ese documento reducía casi a la mitad la duración del dispositivo respecto al año pasado y había sido cuestionado por la Intervención municipal.
El alcalde ha arremetido contra los sindicatos por haber rechazado su propuesta, que incluía el pago de productividades dentro del tope legal de 5.637.617 euros. “Mi obligación no es temer a los sindicatos: es garantizar la seguridad en Sevilla”, ha afirmado Sanz ante los medios. “Si yo fuera afiliado, preguntaría por qué no aceptaron el plan: si antes iban a cobrar X menos 1, ahora cobrarán X menos 4”, ha apuntado, incidiendo en que las reivindicaciones económicas de las organizaciones policiales superaban los límites legales.
La decisión llega en el momento más tenso del conflicto entre el Ayuntamiento y la plantilla policial. Durante el pleno del miércoles, varios agentes fueron desalojados tras protestar contra la gestión del Gobierno municipal, y los sindicatos CSIF, SPLS y Sppme volvieron a concentrarse ante el Consistorio para denunciar la falta de negociación. La oposición ya había advertido al alcalde de que su propuesta era “una chapuza”, “improvisada” y planteada como “un chantaje emocional”, mientras fuentes sindicales alertaban de que una imposición del calendario por decreto podría acabar en los tribunales.
Los sindicatos acusan al alcalde de “mentir”
Desde CSIF, una de las organizaciones más combativas en este conflicto, han acusado a Sanz de trasladar una imagen “irreal” de los efectivos disponibles. “No sabemos quién asesora al alcalde, pero lo hace muy mal, porque no es cierto que pueda disponer de 400 o 500 agentes diarios”, afirman. El sindicato asegura que, aun siendo “generosos”, el fin de semana apenas habría unos 250 policías repartidos en tres turnos, número del que habría que restar a los destinados al 092, a la Unidad de Seguridad y al personal en tareas administrativas.
“Vuelve a mentir y no sabemos si quiere generar una falsa sensación de seguridad”, advierten, mostrando su preocupación porque el Ayuntamiento mantenga todos los eventos previstos “sin contar con una dotación acorde para afrontarlos”. Desde CSIF insisten en que los agentes “no están dispuestos a hacer más horas extra”, recuerdan que llevan tres fines de semana sin asumirlas y reprochan al alcalde que opte por “imponer” su plan en lugar de negociar, lo que, a su juicio, supone “desvestir un santo para vestir otro” al retirar policías de los barrios para cubrir actos multitudinarios.