La Unesco acaba de reiterar su “máxima preocupación” por “la sobreexplotación de acuíferos en Doñana ya que ”tres de las cinco masas de agua subterránea permanecen en una pobre condición cuantitativa“, según el último informe de la Convención del Patrimonio Mundial.
La evaluación sobre el estado de conservación de los espacios inscritos como patrimonio mundial presentado el 4 de julio indica que esta situación “resalta que la presión sobre el acuífero no se ha aliviado todavía a pesar de las medidas puestas en marcha como el fin de las concesiones de extracción o el sellado de 296 pozos ilegales”. “Es necesario reforzar la acción para establecer umbrales de uso sostenible”, remata el documento.
El Comité advierte de que si no se revierte el declive, la “degradación continuada” a la que estaría avocada Doñana por los “significativos impactos negativos”, el parque nacional entrará en riesgo de ser declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial en Peligro.
Aunque el problema de la sobreexplotación del agua es el más grave, no es el único aspecto que aparece señalado por los expertos de la ONU. Los examinadores afirman que también es muy preocupante “el continuo declive de las poblaciones de aves invernantes”. Y eso que, añaden, “ha sido alentador la cría exitosa de varias especies en peligro en 2023 y 2024”, pero “la tendencia general apunta a un estrés ecológico continuado” atribuible al “cambio climático y otras tendencias más amplias”.
La Unesco insiste en que el desarrollo de un plan ecohidrológico para el parque nacional “es demasiado lento” y que “acelerar este trabajo es vital”.
Aunque el informe da la bienvenida a medidas como el cierre de pozos, el establecimiento de comunidades de usuarios (que derivaron de declarar los acuíferos en mal estado) o la adquisición de la finca Veta La Palma para asegurar su función de refugio de aves; no deja de afear “el retraso del Programa de Adaptación al Cambio Climático” y que “la información remitida sobre el proyecto minero de Aznalcóllar sea insuficiente para evaluar su impacto potencial” sobre el entorno.
El examen se cierra pidiendo a España que envíe un informe actualizado sobre el estado de conservación de Doñana antes del 1 de febrero de 2026 en el que se implementen las medidas que ha señalado para que sean reevaluados por la organización.