La curiosa historia detrás de la mujer que introdujo la tradición del árbol de Navidad en España: una noble que decía ser hija del zar de Rusia

El árbol de Navidad es actualmente uno de los elementos decorativos que son imprescindibles en las fiestas navideñas en España, y parece impensable el hecho de que no esté en las casas o las principales plazas de las ciudades y pueblos, pero es una tradición relativamente reciente, que introdujo en el siglo XIX una princesa rusa.

Su historia no es del todo conocida y son muchos los que no saben quién fue quien introdujo el árbol de Navidad en España y que importa una tradición extranjera, lo que demuestra que el hecho de que se celebren fiestas como Halloween o se coma panettone no es algo que se aleja de lo que sucedía siglos atrás, cuando se copió lo que hacían nobles o realeza.

Sofía Troubetzkoy, la princesa rusa que puso el primer árbol de Navidad en España

Antes de mediados del siglo XIX, el árbol de Navidad no se ponía en las casas en España en las fiestas navideñas y era una tradición que se seguía en países como Alemania o Rusia, y precisamente fue una princesa rusa la que lo introdujo en el país, Sofia Troubetzkoy, que guarda una interesante historia detrás.

Nacida en marzo de 1838 en Rusia, era hija del príncipe Serguei Vassilievitch Troubetzkoy, aunque ella aseguraba serlo del zar Nicolás I, pues aseguraba que había sido concebida durante un largo viaje de su padre al Cáucaso, y un hecho que, además, se especuló con mayor fuerza cuando al morir sus padres fue criada por la zarina Carlota, viuda de Nicolás I, y por el entonces zar Alejandro II.

Así, Sofia Troubetzkoy creció en la corte imperial rusa hasta 1856, cuando se casó con el embajador de Francia en San Petersburgo, Carlos Augusto de Morny, que era hermano por parte de madre del emperador francés Napoleón III, casado con la noble española Eugenia de Montijo. Con Morny tuvo cuatro hijos, una de ellas fue Mathilde de Morny, amante de la escritora Colette y que fue uno de los personajes más fascinantes y conocidos de la Belle Époque.

Así llegó el árbol de Navidad a España

Sin embargo, todo cambiaría con el fallecimiento de su marido. En 1868 se enteró que su difunto esposo le había sido infiel y decidió no guardar más luto. Fue entonces cuando apareció en su vida José Osorio y Silva, duque de Sesto, cuatro veces grande de España y que había sido alcalde de Madrid entre 1856 y 1865. Ambos se casaron en Vitoria y se mudaron a vivir al Palacio de Alcañices de la capital, que ahora está desaparecido y su lugar lo ocupa el Banco de España.

Fue en esta residencia donde Sofia Troubetzkoy en 1870 montó el que se considera el primer árbol de Navidad en España, una tradición que instauró en el país desde Rusia, y que fue seguida por la gran influencia que tenía en la sociedad, conocida por su belleza y buen gusto, aunque no se quedó solo en eso.

La princesa rusa tuvo un papel relevante en la restauración borbónica en Alfonso XII, que había sido mentorizado por su marido y a ella se le atribuye la llamada “rebelión de las Mantillas”, en la que un grupo de nobles españolas se vistieron con una mantilla que llevaba una flor de lis, emblema de los Borbones, para recibir a la reina María Victoria, esposa de Amadeo I, quien acaba de llegar a Madrid.

El papel de Sofia Troubetzkoy en la introducción de la tradición del Árbol de Navidad no es algo extraño, pues a mediados del siglo XIX pasó algo parecido en el Reino Unido, que importó desde Alemania este elemento decorativo por parte de la reina Carlota, pero también por el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria, que se encargó de popularizarlo al enviar siempre una felicitación de la familia que aparecía junto al abeto.