Un fósil olvidado en un bloque de arenisca revela un nuevo género de dinosaurio carnívoro

Ada Sanuy

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Un bloque de arenisca hallado en Gales del Sur en el siglo XIX y conservado en el Museo de Historia Natural de Londres es el protagonista de un estudio publicado en Proceedings of the Geologists' Association. Lo que parecía una mandíbula difícil de clasificar se revela ahora como una pieza clave para entender el origen de los primeros dinosaurios carnívoros de gran tamaño en Europa.

La pieza en cuestión data de 1899

La pieza corresponde a un dentario izquierdo hallado en Stormy Down, cerca de Bridgend, y descrito originalmente en 1899 por Edwin Tully Newton. Durante más de un siglo, su clasificación fue objeto de debate, con propuestas que lo vinculaban a diferentes grupos de arcosaurios y, en particular, a los megalosaurios. La falta de hueso original (se conserva únicamente como un molde natural en roca) había dificultado hasta ahora su análisis.

El equipo liderado por Owain Evans, Cindy Howells, Nathan Wintle y Michael J. Benton ha aplicado técnicas de reconstrucción digital en 3D para revisar con detalle la anatomía del ejemplar. El escaneo permitió observar rasgos poco visibles en el molde y comparar el fósil con otros dinosaurios carnívoros del Triásico y Jurásico temprano.

A qué época pertenece

Los autores confirman que el fósil pertenece al Rhaetiense, la última etapa del Triásico, hace unos 202 millones de años. El bloque de arenisca que lo contiene se corresponde con la Formación Lilstock, dentro del Grupo Penarth, lo que descarta asignaciones a épocas posteriores y sitúa al animal en un momento muy temprano de la historia de los grandes terópodos.

El dentario preserva 28 centímetros de longitud, lo que se traduce en una mandíbula completa de unos 56 centímetros. A partir de estas dimensiones, los investigadores estiman que el animal alcanzaba entre 5 y 7 metros de longitud corporal, un tamaño inusual para los dinosaurios carnívoros de finales del Triásico.

La morfología de los dientes y las placas interdentales sitúa al fósil dentro de los neoterópodos, un grupo primitivo de dinosaurios carnívoros. Comparaciones con géneros conocidos muestran semejanzas con Liliensternus y Dracoraptor, terópodos europeos de edad cercana, aunque el ejemplar galés es considerablemente más grande. También comparte varios rasgos con Dilophosaurus, del Jurásico Inferior, como la disposición de los alveolos y la presencia de un surco lateral con forámenes.

No se trata de un megalosaurio

El estudio descarta que se trate de un megalosaurio, como se había defendido en trabajos anteriores. El número de dientes, la forma del alveolo anterior y el patrón de los forámenes no encajan con ese grupo. Los autores subrayan que Zanclodon cambrensis, nombre bajo el cual se había conservado el fósil durante más de un siglo, no es válido, ya que las características del ejemplar no coinciden con las del género alemán Zanclodon.

Ante estas evidencias, los investigadores proponen un nuevo género, Newtonsaurus cambrensis, en honor al paleontólogo Edwin Tully Newton. Según detallan, la combinación de rasgos observados en el dentario, como el tamaño del tercer diente, el número total de alveolos y la disposición de los forámenes laterales, no aparece en ningún otro género conocido, lo que justifica la creación de este nuevo taxón. La descripción de Newtonsaurus amplía el panorama sobre la evolución temprana de los dinosaurios carnívoros. Para los autores, se trata de un hallazgo clave para entender la transición entre los ecosistemas dominados por arcosaurios no dinosaurianos y el auge de los dinosaurios como principales depredadores.