La mentira del casco vikingo con cuernos se propagó gracias a una famosa ópera del siglo XIX

Los vikingos son uno de los pueblos antiguos que más fascinan en la actualidad, y la cultura popular está llena de referencias y ficciones en las que son protagonistas, con su carácter explorador, pero del que todavía quedan algunos mitos que aclarar, de lo que además eran distintos grupos pequeños gobernados por diferentes jefes en la zona norte de Europa.

Los vikingos con cascos con cuernos lo propagó una ópera de Richard Wagner

Uno de los falsos mitos más arraigados y relacionados con los vikingos, de hecho, es la imagen de que eran un pueblo que vestían cascos con cuernos, como han sido retratados durante gran parte de tiempo en ficciones como, por ejemplo, la conocida serie Vicky el vikingo.

Esta falsa creencia tuvo su origen en el siglo XIX y en parte gracias a una de las obras insignia del compositor clásico Richard Wagner, la ópera El anillo del Nibelungo, que es un ciclo de cuatro dramas épicos basados en la mitología germana y las sagas islandesas escritos entre 1848 y 1874.

Richard Wagner contó con el pintor e ilustrador alemán Carl Emil Doepler para que diseñara la representación de los vikingos en la ópera y se encargó de vestir a los actores con cascos con cuernos, siendo así uno de los que propagó este mito.

Pero la ópera de Wagner no fue la única que divulgó esta creencia de los vikingos, pues el artista Gustav Malmström, originario de Suecia, representó a los combatientes vikingos con cuernos en sus casos en las ilustraciones del libro La saga de Frithiof en 1820.

El origen de representar a los vikingos con cascos con cuernos

Esta idea se propagó en el siglo XIX por la ópera de Richard Wagner y las ilustraciones del libro sueco, pero tenía un sentido en el contexto de la época, según la tesis de la historiadora Elizabeth Nix, que asegura que era una manera de subrayar la fiereza de los vikingos y porque en esos momentos se estaban descubriendo cascos antiguos que llevaban cuernos.

Este elemento, sin embargo, se descubrió que eran pertenecientes a tribus nórdicas anteriores a los vikingos, paralelos a la época romana, pero es algo que no se conocía en el siglo XIX, cuando se atribuyeron a este grupo de pueblos explorador.

Esto se debe al hecho de que en 1943 apareció un casco vikingo íntegro, siendo el único que se conserva. Se trata de un yelmo de hierro con protectores alrededor de los ojos y sobre la parte de la nariz, pero sin cuernos, que se descubrió en una granja de Noruega y datado del siglo X.