Dogxim, el cruce entre perro y zorro que desconcertó a la ciencia y expuso los efectos de destruir hábitats

Los perros y los zorros pertenecen a ramas evolutivas separadas desde hace más de seis millones de años. Esta distancia genética ha hecho que, aunque compartan rasgos físicos, sus comportamientos y capacidades reproductivas estén diferenciados. Por eso, dentro de la biología, se asume que individuos de géneros distintos no pueden tener descendencia fértil. Sin embargo, en Brasil apareció un ejemplar que obligó a revisar esa premisa. Fue encontrado tras un atropello en el municipio de Vacaria, en el estado de Rio Grande do Sul.

Al llegar al centro de rehabilitación, el animal mostraba un comportamiento ambiguo. Tenía aspecto de perro mestizo, pero se desplazaba con soltura entre arbustos y trepaba como si fuera un animal silvestre. Además, ignoraba por completo el pienso habitual y se alimentaba de roedores, una preferencia poco habitual entre los cánidos domésticos. Esta mezcla de rasgos generó dudas entre los veterinarios, que decidieron consultar con especialistas en genética para determinar su origen.

El análisis genético confirmó que la madre era una hembra de zorro y el padre, un perro

La investigación fue asumida por un equipo de la Universidade Federal de Pelotas, que incluyó a los genetistas Rafael Kretschmer y Thales Renato Ochotorena de Freitas. Las primeras pruebas se centraron en contar los cromosomas del animal, ya que cada especie tiene un número concreto

El ejemplar analizado presentaba 76, un número que no corresponde con el del perro, que tiene 78, ni con el del zorro de las Pampas, que cuenta con 74. Sin embargo, el valor sí coincidía con el promedio exacto entre ambas cifras, lo que apuntaba a una hibridación.

Para confirmar esa posibilidad, el equipo pasó al análisis del ADN mitocondrial, que se transmite solo por vía materna. En este caso, el resultado reveló que la madre era una hembra de zorro de las Pampas. El genoma nuclear, que refleja la herencia de ambos progenitores, mostró una mezcla de secuencias propias de los perros y los zorros.

Según explicó Kretschmer a National Geographic, el estudio ofreció “la primera evidencia de la hibridación” entre dos géneros de cánidos que nunca antes se habían cruzado en estado natural.

El animal fue bautizado como Dogxim, una palabra formada a partir de dog y graxaim, nombre local del zorro de las Pampas. Según señaló Flávia Ferrari, integrante del Centro de Conservación y Rehabilitación de Animales Silvestres de la Universidade do Vale do Taquari, Dogxim tenía comportamientos que no coincidían con ninguna especie conocida, ya que “en algunos momentos se dejaba tocar e incluso acariciar” y en otros se mostraba reservada y cazadora.

A pesar del seguimiento, falleció en 2023 por causas que nunca se llegaron a relevar. No obstante, se recuperó de sus lesiones causadas por el atropello y, según sus cuidadores, nunca llegó a mostrar ningún tipo de problema de salud.

El caso fue seguido de cerca por investigadores de distintos países interesados en su rareza

El especimen atrajo el interés de investigadores internacionales. Roland Kays, del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, apuntó en la red social X que “la hibridación entre especies del género Canis es conocida, pero nunca había oído hablar de un cruce entre géneros distintos”.

Loren Reiseberg, genetista de la Universidad de Columbia Británica, añadió en National Geographic que este tipo de cruces “podrían parecer posibles sobre el papel, pero no suelen observarse en vertebrados”.

Aunque Dogxim ya ha muerto, su existencia obliga a reconsiderar ciertos límites genéticos

Una de las posibles explicaciones se encuentra en la zona en la que Dogxim fue localizada. El área pertenece al bioma de la Mata Atlántica, uno de los más intervenidos del país. Según explicó Bruna Szunwelski, una de las investigadoras del estudio, “la antropización del hábitat del zorro de las Pampas ha provocado que esta especie tolere más la presencia humana”. Esta situación ha generado una mayor superposición de territorios entre zorros y perros, lo que puede haber facilitado el cruce entre ambos.

El equipo científico considera que esta hibridación no es frecuente, pero tampoco imposible. Aunque los genes de especies tan lejanas suelen ser incompatibles, la presión ambiental y los cambios en los ecosistemas podrían favorecer situaciones similares. Por ahora, Dogxim sigue siendo un caso único. Pero si las transformaciones del medio continúan a este ritmo, su historia podría no ser la última.