Los muñecos de guiñol nacieron en 1808 en esta ciudad francesa

El guiñol, nombre que se le da a una marioneta de guante y, por extensión, al teatro de marionetas de este tipo, fue una creación de Laurent Mourguet en 1808, un tejedor de la ciudad francesa de Lyon.

Mourguet quedó desempleado durante los difíciles tiempos de la Revolución Francesa. Casado y con varios hijos, tuvo que buscarse otro trabajo y se convirtió en una suerte de dentista. Y, cuentan los estudiosos, para apaciguar los gritos de dolor de los pacientes, que ahuyentaban a otros posibles clientes, Mourguet usó un títere de guante para entretenerlos.

En un primer momento, se inspiró en el personaje italiano Polichinella, pero pronto creó sus propios personajes: Guignol, su esposa Madelon y su amigo Gnafron. Tal fue el éxito que obtuvo con sus marionetas, que en 1820 ya contaba con una compañía teatral, la Guignol Mourguet, que se hizo muy famosa. A su muerte, dos de sus hijos continuaron con su legado.

Un busto como homenaje

Si uno callejea por el casco antiguo de Lyon, entre recobecos de artesanos y barricadas, cafés y anticuarios, hay una replaceta en el número 9 de la Rue du Doyenné con un pequeño monumento que culmina en un busto. La efigie es de Laurent Mourguet (1769-1844), y nos avisa de que por aquellas mismas callejuelas surgió el teatro de guiñol.

Los teatros de marionetas existían ya en Francia con este nombre. “Marionette”, en origen, designaba a un actor –clérigo- que hacía el papel de la Virgen María en las representaciones religiosas. La profesión de actor estaba prohibida a las mujeres, y por ello los hombres debían poner voces agudas, chirriantes para denotar la condición femenina del personaje.

El nombre de guignol sería todo un acierto, pues provendría de la expresión “guignolante” (divertido) que entendían niños y grandes. Parece que hacia 1805-1808 ya estarían definidos los personajes, en 1810 estaría acuñada la denominación “teatro de guignol”, y en 1820 ya compondría su mencionada compañía.

Desde entonces, la creación se estabilizó y se prolongó en el tiempo. Los descendientes de Mourguet continuaron con la actividad, y con el repertorio de obras que se fueron diseñando para las figuras de Laurent. En 1844 falleció Laurent, pero nietos como Luis Joserrand aseguraron que el guiñol fuera un concepto que ya es imborrable entre las artes escénicas.