Cuando hablamos de la Generación del 27, el grupo de escritores, poetas y artistas españoles que se dio a conocer alrededor de 1927, muchos recuerdan los nombres de Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí o Rafael Alberti. Pero dentro de este grupo de artistas también hubo mujeres que revolucionaron el arte y jugaron un papel fundamental en aquella época. Entre ellas, estaban María Zambrano, Luisa Carnés, Margarita Manso… Y también Maruja Mallo.
Maruja Mallo, quien en realidad se llamaba Ana María Gómez González, fue una de las pintoras españolas más importantes de aquella generación. Su obra, en la que mezcló el surrealismo y el realismo mágico, así como su espíritu reivindicativo, la convirtieron en una figura clave entre las mujeres artistas de la vanguardia. En sus cuadros, presentó a una mujer libre, moderna e independiente, algo poco habitual en la época.
Nacida en 1902 en Viveiro (Lugo), fue la cuarta de catorce hermanos en una familia que, cuando ella tenía 20 años, se trasladó a Madrid. Allí empezó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde estuvo hasta 1926. En aquel momento, conoció a artistas, escritores y cineastas como Dalí, Lorca, Manso, Buñuel o Zambrano. También a Alberti, con quien mantuvo una relación sentimental de varios años.
Mallo fue quien dio nombre a Las Sinsombrero, el grupo de mujeres artistas e intelectuales implicadas en los movimientos de la Generación del 27 que quedaron silenciadas durante décadas. Paseando un día junto a Manso, Lorca y Dalí por la Puerta del Sol de Madrid, el grupo de amigos decidió quitarse el sombrero, algo que no estaba bien visto en la época. Este suceso, que la gallega explicó después, dio nombre al grupo de mujeres vanguardistas.
Exposición en Madrid hasta marzo de 2026
Todo el que quiera conocer la obra de Mallo tiene la oportunidad de hacerlo gracias a Maruja Mallo: Máscara y compás, una exposición que se puede ver en el Museo Reina Sofía de Madrid desde el pasado 8 de octubre de 2025 y hasta el próximo 16 de marzo de 2026. La muestra cuenta con varias pinturas y dibujos, así como fotografías y documentos inéditos de la artista española.
La exposición recoge todo el recorrido artístico y vital de la pintora gallega, presentando las obras de forma cronológica a través de un total de once salas. Entre los cuadros más destacados de la muestra se encuentran las cinco verbenas, obras que la dieron a conocer en la exposición que Ortega y Gasset organizó en 1928 en los salones de la Revista de Occidente, y que no se habían mostrado juntas desde entonces.
La exposición del Reina Sofía incluye cuadros emblemáticos, como Indígena (1924-1925), Retrato de señora con abanico (hacia 1926), Tierra y excrementos (1932) o El espantapájaros (1930). Pero también se exponen obras inéditas, como Arquitectura fósil I, que constaba como desaparecida, y un dibujo de 1933 que no se conocía.