Cuando Rosalía usa el ucraniano para decir “no busco la venganza, la venganza me busca a mí” en la canción “De Madrugà” de su último disco LUX, la cantante hace alusión a un personaje histórico con una biografía apasionante y que ya inspiró la creación de Cersei Lannister en los libros y luego serie ‘Juego de Tronos’.
Hablamos de Olga de Kiev, una de las santas que ha sido influencia para la creación del último disco de Rosalía, y cuya vida marcada por la venganza, el misticismo y la redención, conocida por ser la reina que masacró a sus pretendientes de una tribu rival que fue culpable del asesinato de su marido. Más tarde, al convertirse al cristianismo sería patrona de viudas y conversos.
Quién es Olga de Kiev, inspiración de Rosalía y Cersei Lannister
Olga de Kiev, a la que también se conoce como Helga, se cree que nació entre finales del siglo IX y principio del siglo X en el seno de una familia de colonos vikingos afincados cerca de la actual Peskov, Rusia. Con unos 15 años se casó con el príncipe Igor de Kiev, también de ascendencia vikinga, y se cree que fue por amor, algo que no era habitual en la época.
Poco más sabe de su vida antes de su matrimonio con Igor I de Kiev, que, al ser asesinado por la tribu de los drevlianos, que se negaba a pagar impuestos. Fue entonces cuando comienza la biografía relevante de Olga, que comenzó a ser regente de la Rus de Kiev, un reino medieval que era gobernado por vikingos y con territorio actual de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, debido a que su hijo Sviatoslav tenía tan solo tres años.
La cruenta venganza de Olga de Kiev
Olga de Kiev tenía frente a ella una complicada misión de dirigir un vasto reino en continuo conflicto por ser una amalgama de tribus heterogéneas, y los drevlianos quisieron desde un principio aprovecharse de ella, por eso le dieron como ultimátum que se casara con alguien de su tribu o desmoronarían la corona. Pero ella no se dejaría tan fácilmente, y fue entonces cuando preparó su cruenta e inteligente venganza, dando a entender en un principio que aceptaba el chantaje. Así, la reina les dijo que enviasen a sus veinte mejores hombres hasta la capital.
El barco con los 20 hombres fue enviado y ella los protegió en señal de respeto, aunque ordenaría cavar un foso de grandes dimensiones en medio de la ciudad, donde fue a parar la embarcación entera al ser todos arrojados y enterrados vivos. Tras esto, mandó embajadores a Iskorosten, ciudad principal de la tribu, con la misión de que quería conocer más pretendientes, a la vez que hizo creer que los que habían llegado antes estaban conociendo el reino.
De esta forma, Olga de Kiev consiguió engañar de nuevo a los drevlianos y de nuevo, fueron asesinados quemados vivos mientras tomaban un baño de sauna. Su venganza no se quedó aquí, sino que anunció que iría hasta las tierras de la tribu para ofrecer un banquete antes de escoger nuevo esposo, y así fue como 5.000 hombres quedaron atrapados mientras comían y bebían y fueron acuchillados por la tropa de la reina.
De aquí tomó ofensiva y llevó a cabo el sitio de Iskorosten, que duró meses y al alargarse en el tiempo, la comida fue escaseando, con lo que la reina les dio una oferta: que le entregaran tres pájaros, que fueron luego liberados con tiras de tela untadas en brea en las patas y a las que se prendió fuego, con lo que al regresar a sus casas hizo que la ciudad fuera pasto de las llamas y las tropas mataron a los que escapaban.
De la venganza a la conversión cristiana y canonización
Todos estos episodios que fueron parte de la venganza por el asesinato de su marido hizo que Olga de Kiev matara a miles de personas de la tribu enemiga, pero a su vez que su liderazgo no fuera discutido en su regencia, con lo que una vez su hijo Sviatoslav tuvo edad para ocupar el trono, viajó a Constantinopla.
Allí se bautizó y se convirtió así al cristianismo, previamente se había arrepentido de sus pecados y de sus creencias paganas, por lo que con su vuelta a la Rus de Kiev tuvo como misión evangelizar y construir iglesias, por cuya labor fue canonizada como Santa Olga de Kiev, patrona de viudas y conversos. Su hijo, sin embargo, no se convirtió y se mantuvo en su fe pagana.