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El río subterráneo de Puerto Princesa, la maravilla natural que esconde Filipinas

El río subterráneo de Puerto Princesa se recorre en barca de remos.

Roberto Ruiz

Posiblemente, todas y cada una de las 7.641 islas que forman Filipinas tendrán su encanto, pero hay algunas que sobresalen sobre muchas otras, como es el caso de Palawan. Aquí, además de playas paradisíacas encontrarás lugares de ensueño como El Nido, Coron o Port Barton, pero también formaciones naturales singulares como el río subterráneo de Puerto Princesa, un lugar diferente a todos los demás.

No hablamos de un río cualquiera, sino de uno que es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. Que cuenta con la protección de ser Parque Nacional. Y no solo eso, sino que además es una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo junto a lugares de renombre como las Cataratas del Iguazú, la Bahía de Ha-Long o la propia Amazonia. Por lo que visto así, parece quedar justificado que si viajamos a Filipinas, y pasamos por Palawan, el río subterráneo de Puerto Princesa requiere una visita prácticamente obligatoria.

Lo encontraremos en la costa oeste del tercio norte de Palawan, en Sabang, a unos 70 km de Puerto Princesa, capital de la provincia. No costará dar con él porque es uno de los mayores atractivos turísticos de la isla, y multitud de agencias organizan excursiones para poder conocerlo y adentrarnos en sus aguas por nosotros mismos.

Bienvenidos al Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa

El río subterráneo de Puerto Princesa no sería posible si no nos encontráramos en un terreno kárstico como el de la roca caliza que aquí queda bajo nuestros pies. Aunque no se ve a simple vista, ya que es subterráneo, en total el río tiene una longitud de más de 24 km, aunque de ellos solo 8 son navegables si entramos por su desembocadura en el mar de la China Meridional o mar de Filipinas Occidental, como se conoce aquí. Esto hace que, lógicamente, esté expuesto a las fluctuaciones de las mareas.

A su paso el río ha formado una enorme galería de formas fantásticas, repleta de estalactitas, estalagmitas, columnas y cámaras de gran tamaño de hasta 120 m de ancho y 60 m de altura, donde destaca la Italian Chamber con su volumen de 2,5 millones de metros cúbicos. Todo queda englobado en un Parque Nacional rebosante de biodiversidad que reúne algunos de los bosques más importantes de Asia, como son el bosque en rocas ultramáficas, el bosque en suelo de piedra caliza, los bosques montanos, los bosques pantanosos de agua dulce, la pluvisilva, el bosque ribereño, el bosque de playa y el bosque de manglar.

El Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa es pura frondosidad y en él los investigadores han contabilizado más de 800 especies de plantas de 300 géneros y 100 familias. Donde campan a sus anchas 165 especies de aves, 30 especies de mamíferos, 19 de reptiles y 10 de anfibios. Entre todo este batiburrillo faunístico hay que destacar la presencia de 9 especies diferentes de murciélagos, algo que vas a tener muy presente si te animas a adentrarte en el río.

Así es la visita al río subterráneo de Puerto Princesa

Está muy bien saber todo esto, pero mucho mejor es verlo con nuestros propios ojos. Para visitarlo podrás ir tanto desde Puerto Princesa, ya que es el punto de referencia de muchos viajeros, como desde Sanbang, que a pesar de ser minúsculo cuenta con algún alojamiento. Tanto en un sitio como en otro podrás adquirir el permiso especial que se te exigirá para poder visitar este espacio protegido. 

En el muelle de Sabang podremos tomar la bangka, el barco tradicional filipino, que nos llevará hasta la entrada del río subterráneo. Cuando lleguemos desembarcaremos, podremos hacernos con una audioguía que nos explicará todo lo que vamos a ver, y caminaremos hasta el punto en el que se encuentran las pequeñas barcas de remos con las que se recorre el interior del río subterráneo. Ante ti ya verás cómo la pared caliza se abre sobre las aguas, rodeada de vegetación y mostrándote el punto de acceso por el que pasarás en cuestión de minutos.

Una vez en tu barca de remos, con capacidad para ocho personas debidamente ataviadas con casco protector y chaleco salvavidas, comienza la aventura. Aunque el río tiene unos 8 km navegables la visita se adentra únicamente de kilómetro y medio, lo que hará que el paseo en total tenga una duración de unos 45 minutos. El guía será el encargado de remar y de alumbrar con una linterna los puntos de interés que irás encontrando a tu paso, la audioguía la que te explique las formaciones y las curiosidades de las galerías, y los numerosos murciélagos serán los que te acompañen de principio a fin colgando y revoloteando sobre tu cabeza. Y, valga de advertencia, a la hora de hacer sus necesidades no tendrán en cuenta si estás debajo o no.

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