Si vas a visitar espacios naturales, recuerda la importancia de respetar el entorno y sigue las guías y recomendaciones oficiales para no poner en peligro el lugar ni tu integridad física.
Cantabria brilla por la diversidad y riqueza de su litoral, un auténtico mosaico de playas que ofrece una amplia variedad para todo tipo de personas. A lo largo de su costa se encuentran diversas playas urbanas que normalmente tienen una alta ocupación, pero que conviven con muchos otros más salvajes y menos conocidos, que destacan por la tranquilidad y los paisajes rocosos que forman.
Muchos de estos arenales se encuentran en la escarpada costa del municipio de Suances, en el litoral occidental de Cantabria. Este municipio esconde arenales que son un verdadero refugio para quienes buscan contacto directo con la naturaleza, algo de soledad y paisajes que recuerden a las típicas postales de verano.
Más allá de las más conocidas, como la playa de Los Locos o la de La Concha, Suances alberga rincones mágicos donde el mar, la roca y el viento han esculpido entornos únicos. Estas son algunas de las joyas costeras que no solo destacan por su belleza, sino también por su valor ecológico y cultural.
Playa de Tagle
Esta playa, cercana al pueblo de Tagle y conocida también como Playa del Sable, de arena fina y de 200 metros de largo, es ideal para los y las viajeras que buscan un lugar en el que poder disfrutar la tranquilidad del paisaje, pero también es una zona apreciada por los amantes del surf, por los días en los que el fuerte oleaje domina al mar. La afluencia de gente no es muy elevada, ya que a pesar de su incuestionable belleza, hoy en día sigue siendo poco conocida.
La playa de Tagle se abre paso entre empinados acantilados y verdes praderas, creando un paisaje muy propio de Cantabria, uniendo mar y montaña. Además, ofrece unas vistas espectaculares al mar Cantábrico, especialmente al atardecer, y conecta con otras rutas costeras que enlazan con playas vecinas como la de Santa Justa o la de laTablía. Asimismo, cerca de la costa, en lo alto de una colina, se encuentran las ruinas de lo que en su día fue una torre medieval, la Torre San Telmo de Tagle, hasta la que se puede llegar andando, a tan solo cinco minutos desde la playa.
Su acceso es sencillo y muy cerca se encuentra un parking gratuito donde estacionar el vehículo. También hay un chiringuito algo más elevado que la propia playa, donde poder disfrutar de un aperitivo mientras se contemplan las increíbles vistas del mar Cantábrico.
Playa de Santa Justa
La playa de Santa Justa se encuentra ubicada junto al pueblo de Ubiarco y, aunque sea conocida por estar situada en la costa del municipio de Santillana del Mar, también forma parte de la zona costera de Suances. Separadas por una colina, la de Santa Justa y la de Tagle son playas vecinas, las dos con una naturaleza realmente salvaje, aunque esta destaca por un detalle que resulta casi imposible de creer: la presencia de una ermita incrustada en uno de los acantilados que la rodean.
Este templo religioso está construido sobre una cavidad natural en la roca y recibe el mismo nombre que la playa de la que es vigilante: la ermita de Santa Justa. Se puede acceder a ella a pie por un recorrido que está marcado desde la playa. Su ubicación, pegada a una enorme roca contra la que chocha constantemente el mar, le brinda una personalidad y una identidad únicas que le hacen destacar entre el patrimonio religioso de Cantabria.
Por esto y por el imponente paisaje que crean las rocas que protegen la ermita, esta playa sorprende a los visitantes, ya que no solo ofrece un lugar de paz entre su arena dorada, sino que la visita a la ermita hacen que su encanto sea aún mayor.
Playa de Tablía
Se trata de una pequeña cala situada en el litoral de Suances, aunque en este caso en una zona más aislada. Con 80 metros de longitud, un oleaje fuerte y sin vigilancia, es una joya escondida entre altos acantilados y verdes campos que ofrecen unas vistas maravillosas del mar Cantábrico. Además, tiene un valor ecológico y paisajístico enorme, combinando la arena dorada con las imponentes rocas con las que el mar choca constantemente en sus días más agitados.
Esas fuertes corrientes que tanto caracterizan la manera en la que el agua rompe en esta cala son las que le brindan un aspecto que mantiene la esencia de la costa cántabra en la que la intervención humana ha sido nula, incluso en la actualidad. Es una playa muy poco concurrida, ideal para quienes buscan desconectar. Asimismo, en sus inmediaciones cuenta con zonas verdes recreativas y una zona peatonal que transcurre bordeando el arenal hasta el núcleo de Suances.
Aunque cuando la marea sube acaba desapareciendo, en un día de marea baja conocer la playa de Tablía, abierta completamenta al mar, es un plan perfecto para disfrutar de la costa de Cantabria sin una alta afluencia de gente.
Playa de Punta Ballota
La playa de Punta Ballota es un rincón muy propicio de la costa cántabra por sus impresionantes vistas panorámicas. Sin embargo, aunque este enclave natural sea algo más conocido que el resto, sigue manteniendo su esencia y su naturaleza, tal y como demuestra la gran variedad de aves que conviven entre sus acantilados y que aumenta con creces su encanto y su atractivo.
El acceso a la playa puede ser complejo, dependiendo del mantenimiento realizado antes de cada temporada, pero siendo precavido se puede llegar a ella sin demasiados problemas. Asimismo, a un minuto a pie del arenal, se encuentra el imponente Cabo Punta Ballota, uno de esos lugares de Cantabria que deja sin habla. Las impresionantes vistas de la costa occidental que ofrece y su altura desde el mar lo convierten en uno de los enclaves más salvajes de la comunidad, sobre todo por la biodiversidad que contiene.
En un día soleado es el rincón perfecto desde donde contemplar el horizonte, pudiendo observar desde allí otras playas como la de Los Locos o Tablía y los acantilados de Ubiarco. De la misma manera, un día nublado es una oportunidad para disfrutar del espectáculo del fuerte oleaje rompiendo sobre las rocas del acantilado, una imagen impresionante.