Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

THE MAN WITHOUT FEAR

Eduardo Serradilla Sanchis

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Seis años después de centrifugar al vigilante carmesí en Born Again, Frank Miller volvió de nuevo a uno de sus personajes por excelencia para contar todos los detalles del pasado de Matthew Murdock.

Miller había tocado de manera tangencial el origen del héroe en el DD# 164, pero sin llegar a profundizar en la psique de Murdock cuando sólo era un niño de la Cocina del Infierno.

El proyecto -surgido años atrás como el guión de una película que nunca se realizó- servía, además, para situar el pasado en común de Matt y Elektra, indagando en los recuerdos de juventud de ambos personajes. Por último, su publicación terminaría por coincidir como si se tratara de un regalo por el treinta cumpleaños de la colección del hombre sin miedo.

Su extensión también varió, sustancialmente, lo que supuso una titánica tarea, tanto al escritor, como John Romita Jr., el dibujante escogido para plasmarla, tras su recordada etapa al cargo de los lápices de la serie regular.

El propio Romita reconocía en una entrevista la complejidad del trabajo.

Estaba previsto que la historia tuviera 64 páginas, pero a medida que avanzaba recibía llamadas de Ralph (Macchio, editor durante la época del personaje) diciéndome que Frank quería añadir unas páginas más. Al final terminé haciendo ochenta páginas más entre la número 17 y la 18. Así me llevó cuatro años de trabajo, pero me volqué completamente en esas páginas de Daredevil como si fuesen la cosa más importante del mundo para mí. Fue la historia más intensa en la que he trabajado, mejor que cualquiera de los guiones de Chris (Claremont) para X-Men e incluso mejor que los guiones de Ann (Nocenti), y eso que supo tocar temas hasta ese momento inéditos en el mundo del cómic.

La historia apareció como serie limitada de cinco entregas, cuyas cubiertas se realizaron con tintas metálicas, entre los meses de octubre de 1.993 y febrero de 1.994 siendo, luego, recopilada en un tomo, similar al que se presentó en el Salón internacional del Cómic de Barcelona en el año1.994.

Miller comienza el relato cuando Matt Murdock es todavía niño, inmerso en la dureza de un barrio como la Cocina del Infierno neoyorquina.

En estas primeras páginas, el guionista respeta la versión original del origen, aparecida 1.964, aunque añade pequeños elementos en la personalidad de futuro héroe y la aparición de personajes inéditos en aquellos primeros años.

Tras el accidente que transformará al joven Murdock en Daredevil es el turno de Stick, mentor, maestro y recio entrenador del futuro vigilante.

Durante estas primeras páginas asistiremos al duro entrenamiento al que Matthew es sometido y cómo su conciencia del mundo va cambiando para adaptarse a su nueva situación.

Será tras la muerte de su padre, cuando comience una vida dedicada a buscar la justicia, dentro y fuera de los tribunales, aunque, en estos días, Murdock no llevará ningún colorido traje como en su primer número original. Todavía es el turno de un joven, escondido tras un pasamontañas, en busca de venganza. Venganza que llegará de manera dolorosa y cruel. Venganza que terminará con la vida de una joven prostituta mientras Murdock pugna por encontrar al último protagonista en la muerte de su padre. Venganza que no le traerá la paz.

La vida sigue. Matt llega a la universidad y en ella se encuentran Foggy Nelson y su primer gran amor, Elektra.

Ella vendrá acompañada de 24 páginas donde conoceremos los primeros y tempestuosos encuentros entre ambos. Cuando te vi en los tejados supe que éramos almas gemelas atraídos por el límite gritará Elektra en su primer encuentro.

Sin embargo, también asistiremos al debut de Elektra asesina, mucho antes de que pasara a engrosar las filas de La Mano. Miller sabe que Elektra es su creación y hace uso de ella presentándonos a una mujer que disfruta poniendo al límite sus capacidades, sobre todo en el arte de matar.

Otra muerte, ahora la del padre de Elektra (y en la que Matt sólo asiste como mudo testigo en el entierro) y conoceremos a otro de los personajes claves en toda la trayectoria del autor al frente de la colección de Daredevil, Wilson Fisk, aka Kingpin.

Pasa el tiempo, Matt ya es un abogado licenciado quien comienza su periplo profesional en un reputado bufete de Boston. Su primer trabajo le lleva a su lugar de origen, la Cocina del Infierno.

Al llegar, los recuerdos le asaltan, le torturan. La ciudad y sus ciudadanos le dan su particular bienvenida. No obstante, este Matt Murdock es muy distinto al que se fue y no está dispuesto a tolerar que lo vuelvan a insultar como antaño.

El abogado regresa al antiguo gimnasio donde entrenaba su padre. Allí conoce a Mickey, una joven que busca refugio en aquel lugar como hiciera él antaño.

Éste recuerda quién era su padre y cómo sacrificó su vida por el futuro de su hijo.

Mi padre fue un buen boxeador, pero durante un tiempo no conseguía combates. Así que hizo lo que fuera para poder mantenerme, incluso representar el papel de Devil Murdock sobre un ring. Los gamberros que se metían conmigo sacaron mi apodo de ahí, me llamaban Daredevil.

Los recuerdos dejan paso a la realidad. Matt debe volver a su bufete y a su vida en Boston. El problema es que su ciudad no está dispuesta a dejarlo ir, recurriendo a Mickey como anzuelo para lograrlo. Lo malo es que, en el sedal también está Wilson Fisk.

Es la hora de la primera aparición de un héroe, vestido como los ninjas del pasado y forjando el principio de una leyenda. Su actuación es rápida y silenciosa. Stick lo entrenó bien, muy bien.

El último acto tendrá como protagonistas a Murdock, a Mickey y a Larks, el sádico matón de Fisk. Cuando todo termine solo quedará un nombre, Daredevil, el nombre de un demonio sombrío, un vengador invisible, el silencioso salvador de los inocentes.

Como colofón, el chico de la Cocina del Infierno ha vuelto a casa, con Foggy como socio y con la ciudad de Nueva York como territorio para el diablo carmesí.

Daredevil. Detestaba ese nombre y ahora lo llevo como emblema. Que se enteren los bravucones... los que llevan cuchillos, los que manejan el dinero. Tienen un enemigo, Daredevil. El disfraz no es mala idea. Lo he cosido yo. Sólo dios sabe qué pinta tiene.

Daredevil © 2014 Marvel Comics, Inc.

Este texto se publicó, originariamente como uno de los apéndices en el libro Daredevil: Demonios y Oscuridad, dentro de la colección Pretextos Dolmen# 9 (septiembre 2007), libro escrito por Eduardo Serradilla sanchis

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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