La UD Vecindario paga la novatada en su estreno en Segunda división

La Unión Deportiva Vecindario se despidió el domingo de la Segunda división en Almería cerrando un efímero paso por la categoría de plata, que únicamente ha podido saborear un año, por sus malos resultados, tras su histórico ascenso de la campaña pasada.

El equipo blanquinegro no pudo lograr la gesta de mantenerse en el escenario nacional pese a los ingentes esfuerzos realizados a todos los niveles: remodeló a fondo su estadio, se agarró a una política masiva de fichajes que supusieron un gran coste económico y, en la cima de sus sacrificios, acabó recurriendo a un técnico de fama como Castro Santos para buscar el milagro.

Finalmente, nada funcionó en el conjunto de Santa Lucía, al que lastró su mal inicio de competición -diez derrotas en las primeras doce jornadas- y que ya nunca pudo revertir un rumbo decadente, hasta el punto de consumar su descenso matemático a falta de seis semanas para el cierre de la competición.

Por si fuera poco, su etapa en Segunda también tiene el dudoso adorno de haber ocupado la última posición de la tabla, de manera ininterrumpida, desde el pasado 24 de septiembre, un registro demoledor.

La falta de acierto en las incorporaciones (fichajes realizados en agosto como Ekpoki, Urzelai, Carril o Guirado fueron liquidados en navidad, por no hablar de la nula aportación de otros como Mozer, Granero o Carlos García) y la incidencia de las lesiones en sus jugadores más importantes, casos de Markel Bergara, Xisco o Míchel, impidieron al Vecindario engancharse a la pelea por la permanencia.

Tan cantado estaba su destino que desde hace varios meses se trabaja en la planificación del próximo proyecto deportivo, cuyo objetivo será el retorno al fútbol profesional.

Manolo Torres, nuevo arquitecto del Vecindario del futuro, negocia renovaciones, ha decidido bajas y estudia las opciones para el banquillo con el fin de devolver la ilusión a una afición que acabó desencantada por la discreta respuesta de un equipo que, curiosidades del fútbol, únicamente comenzó a enlazar victorias cuando su suerte estaba echada.

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