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Canarias vota más PP sin Soria

De izquierda a derecha: La diputada electa del PP, María del Carmen Hernández Bento; la secretaria general popular, María Australia Navarro; y el presidente del PP en Canarias, Asier Antona.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

No estaba el exministro José Manuel Soria en la línea de salida al frente del PP canario, pero tampoco su bestia negra, la jueza Victoria Rosell, en las listas de Podemos en la provincia de Las Palmas. Y la partida se la ha llevado de calle el PP, que a nivel estatal podrá sumar un escaño más para la gobernabilidad al mantener el suyo Ana Oramas (Coalición Canaria).

Canarias ha votado más PP sin Soria, tanto como seis puntos con respecto al 20D (34% frente al 28%), subiendo unos 25.000 votos (de 283.000 a 307.000 al 92% del escrutinio) y ganando un sexto diputado isleño (tenía cinco) a costa del PSOE en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Canarias sigue siendo azul…

Los socialistas, por su parte, pierden uno (serán solo dos, ya que en Las Palmas, el segundo es de Nueva Canarias), pero se quedan con el consuelo del ‘resorpasso’ a Unidos Podemos: la formación morada cede la segunda plaza histórica que obtuvo el 20D por delante del PSOE, aunque ambos partidos se dejan votos por el camino.

El batacazo de Unidos Podemos es para hacérselo mirar en Canarias. Y como en el resto de España, a las empresas demoscópicas que le daban hasta seis diputados, tres por cada provincia, disputando la victoria en votos al Partido Popular. Nada más lejos de la realidad: Podemos, sin la jueza Rosell como referente, pierde casi 50.000 votos (baja del 23 al 20% y de 231.000 a 183.000 votos), aunque mantiene los mismos escaños (dos en Las Palmas y uno en Santa Cruz de Tenerife).

Los cuartos en liza, Ciudadanos, también sobreviven al efecto Salvar al Soldado Rajoy que ha arrasado en casi toda España. El partido naranja repite un escaño por cada provincia (el de Melisa Rodríguez, por Santa Cruz de Tenerife, ha estado más pendiente de un hilo que cualquier otro, por los restos a repartir), si bien el apoyo electoral se mantiene inalterado con respecto al 20D (12%).

Los resultados electorales en Canarias no han supuesto un gran cataclismo, salvo la evidencia de que el censo se decanta más que nunca (subió cuatro puntos la participación, hasta el 64%) por la gaviota azul, sea quien sea su Gran Timonel, en Panamá, Jersey o Tafira; y vuelve a poner al PSOE, con su aliado nacionalista de Nueva Canarias, en posición de levantar algo la cabeza ante la arrogancia morada de repartir a diestra y siniestra carnés de pureza democrática.

Las incompatibilidades históricas entre los candidatos rosas y morados se quedan en las eternas peleas de la izquierda, cainitas, insalvables en muchos casos salvo por esa parte del nacionalismo de izquierda canario que representa NC y que pudiera hacer de puente reconstructor cara al futuro. Al menos con vistas a un reposicionamiento de las fuerzas progresistas en las Islas, claramente divididas.

Pero sobre todo, en el caso canario, quien sale más fortalecido que nadie es la derecha autodenominada nacionalista que todavía representa Coalición Canaria. Sin significancia alguna en la provincia de Las Palmas, donde es quinta fuerza política a más de 40.000 votos de Ciudadanos, el fortín tinerfeño de CC lo sigue defendiendo contra viento y marea Ana Oramas, que mantiene a raya la cuarta plaza frente a Ciudadanos. Y eso que es el partido que gobierna Canarias desde 1993 (o 1987 en sus orígenes, según se mire) y lo hace todavía con el PSOE.

Coalición Canaria, con su único escaño por Santa Cruz de Tenerife, puede sumarse al discurso de la gobernabilidad, la estabilidad y la hoja de ruta que han marcado los españoles a sus políticos dándole 137 diputados al PP y otros 32 a Ciudadanos, que acercan un poquito más la mayoría absoluta necesaria para que Rajoy siga siendo presidente del Gobierno de España. O no. Y para que, en función de esos pactos de La Moncloa bis a la vista, haya crisis de gobierno autonómico para volver a los Ejecutivos isleños de toda la vida CC-PP. O no.

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