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Localizados los restos mortales de cuatro personas en el Pozo de Tenoya, símbolo de la represión franquista

Huesos hallados en el Pozo de Tenoya

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

Restos mortales de al menos cuatro personas han sido hallados hasta el momento en el pozo de Tenoya, símbolo de la represión franquista en Gran Canaria. En este punto del municipio de Arucas, el Cabildo de la Isla está trabajando desde hace semanas con el objetivo de localizar huesos humanos de personas que fueron desaparecidas, torturadas, asesinadas y lanzadas a este pozo en 1937, según relata la tradición oral.

Los trabajos de recuperación en la galería sur han permitido localizar en total cuatro fémures (dos derechos y dos izquierdos) que pertenecerían a dos personas y que, sumados a los recuperados en la galería norte el pasado mes de marzo, verificaría la existencia de restos de, al menos, cuatro represaliados del franquismo.

Siguiendo la información recabada por la tradición oral, en este pozo se encuentran personas que fueron desparecidas tras el golpe militar de 1936 y que fueron arrojados a él entre marzo y abril de 1937. “Los restos que siguen apareciendo confirma que es cierto lo que esa tradición sostenía y que en este lugar se arrojó a gente represaliada”, señala el consejero de Cultura la Corporación Insular, Carlos Ruiz. 

Toda la vida buscando a su padre

El resultado de estos trabajos ha sido explicado este viernes por el consejero de Cultura del Cabildo junto a varios familiares pertenecientes a la Asociación de Memoria Histórica de Arucas. Entre ellos destaca su presidenta, Pino Sosa, una mujer de 80 años que ha dedicado gran parte de su vida a buscar los restos mortales de su padre, que desapareció cuando ella tenía sólo 40 días de vida. “Desde que tengo uso de razón no he parado de buscarlo”, exclama. 

Hija de un humilde latonero del norte de la Isla, Sosa señala que vive estos momentos “entre la alegría y la esperanza y el abatimiento y la tristeza, pero deseando que todo termine. Espero que esté aquí”. De hecho, pensaba que su padre se encontraría en el Llano de las Brujas (un pozo situado en Arucas donde se recuperaron 24 cuerpos que habían sido arrojados en él después de haber sido asesinados por los franquistas).

Nueva fase de documentación

En las próximas semanas continuarán las labores de exhumación, documentación, registro y levantamiento de los restos óseos por parte de personal formado en arqueología forense. Tareas con las que se verificará si los restos humanos mantienen vínculos anatómicos entre sí (lo que facilitaría las labores de individualización) o si, como parece, se ha perdido cualquier conexión esquelética entre ellos.

Todo ello (sumado a una valoración inicial de los restos humanos que se vayan exhumando) permitirá determinar las circunstancias y las condiciones de la muerte de estas personas. Se trata de unos trabajos que llevan a cabo técnicos de Patrimonio Histórico de la Corporación Insular, junto a arqueólogos especializados en técnicas forenses de la empresa Tibicena y operarios de Pozos Medina. 

Los trabajos requieren de una sistemática muy particular (y en unas condiciones complicadas), pero permitirán conocer con precisión el número de personas que fueron arrojadas al interior del Pozo de Tenoya y cómo murieron.

Identificación de los huesos

A partir de esta información se podrá hacer una valoración del coste de los estudios a desarrollar posteriormente. Es decir, un análisis bioantropológico (diagnóstico de todos aquellos elementos de caracterización personal: sexos, edad de muerte, altura, marcadores de actividad física, de salud ...) y la determinación genética para su identificación.

El Cabildo de Gran Canaria asegura que ya ha establecido los primeros contactos para, una vez culminados los trabajos de exhumación y teniendo la disponibilidad presupuestaria, puedan cuanto antes iniciarse los  estudios antropológicos y genéticos.

La tradición oral narra torturas y asesinatos violentos

El hallazgo de los restos óseos localizados el 13 de marzo pasado se produce cuando el Cabildo acometía la última fase de la intervención en el Pozo de Tenoya. Además, estas fechas coinciden con el momento en el que se cumplen 80 años de la desaparición de un indeterminado número de personas durante el mes de marzo de 1937, de las que la historia oral insistía en su muerte violenta y posterior arrojo al mencionado pozo.

Entre ellos estarían varios desaparecidos de Arucas, pero también otros procedentes de los municipios de Agaete, Gáldar y de la capital grancanaria.

Desde octubre del año 2013, fecha en la que se iniciaron los trabajos en el Pozo de Tenoya, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Sitio Histórico por su trágico protagonismo durante la Guerra Civil Española, no se habían localizado restos humanos en su interior. Sólo se habían extraído gran cantidad de piedras, desechos y maleza, escombros de construcción de todo tipo e, incluso, una motocicleta y el chasis de un camión.

Los huesos localizados el pasado mes de marzo correspondían a, al menos, dos personas adultas, previsiblemente hombres, ubicados en la galería norte, de 1,70 de altura y situadas a 33 o 34 metros de profundidad con respecto al brocal del pozo. Por ello, y nada más verificar la existencia de los citados restos óseos, el Cabildo grancanario suspendió cautelarmente las tardes, como dicta la ley.

En ese momento,  los técnicos de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria redactaron la nueva propuesta de intervención y metodología aplicada que se inicia ahora en el pozo, para verificar la existencia de más restos humanos en los últimos 15 metros que aún faltan por excavar en esta obra hidráulica.

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