Recuperados más huesos humanos en los pozos que simbolizan la represión franquista en Gran Canaria

Fotografía facilitada por el Cabildo de Gran Canaria de uno de los huesos hallados a 34 metros de profundidad en el pozo de Tenoya (Gran Canaria)

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Los trabajos que se están llevando a cabo en los pozos de Tenoya, símbolo de la represión franquista en Gran Canaria, siguen dando resultados. Las excavaciones han permitido confirmar lo que la tradición oral ha venido repitiendo y se han localizado ya restos mortales que corresponden a nueve personas. Javier Velasco, arqueólogo de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria (que supervisa estos trabajos) asegura que su equipo seguirá excavando hasta el final del pozo si es necesario ya que se espera que sigan apareciendo huesos a más profundidad.

Según los testimonios recabados, estos pozos eran un punto donde se cometían asesinatos por parte de las fuerzas franquistas. Una situación similar a la que se produjo en los pozos del Llano de Las Brujas, en Arucas, donde en el año 2008 se recuperaron los restos mortales de 24 personas que fueron desaparecidas tras el golpe militar de 1936. En este punto, fue fácil identificar que se trataba de represaliados ya que los cráneos encontrados presentaban daños de bala.

A pesar de que en los pozos de Tenoya aún no se han encontrado cráneos, sí que han aparecido dos mandíbulas y fémures que se conservan en buen estado debido a la humedad del pozo. Por ello, Velasco confía en que ello facilite las identificaciones de ADN.

Los últimos restos mortales encontrados se hallaban por debajo de la galería lateral y no presentan conexiones anatómicas entre ellos. Se suman a los de cuatro personas que en abril había informado el Cabildo de Gran Canaria que se habían localizado a 35 metros de profundidad.

Cómo se trabaja en los pozos

El arqueólogo explica las labores en los pozos se dificultan debido a que se sufren inundaciones de manera constante. En este momento, se encuentran trabajando en ellos cuatro miembros de la empresa adjudicataria, dos poceros y un arqueólogo y una arqueóloga del Cabildo.

El tiempo estimado para la finalización de los trabajos aún no está estimado, ya que las características de los pozos impiden que puedan bajar más personas. Además, a diferencia de la exhumación de fosas comunes, por ejemplo, se encuentran dificultades como la presencia de gases, las inundaciones… y el hecho de que sea necesaria una infraestructura especial pada poder acceder, como un elevador que permita la subida y bajada de estas personas. También requiere de personal de apoyo que permita que los trabajos se realicen con la máxima seguridad.

Velasco explica que en las exhumaciones no se sabe nunca qué va a aparecer ya que sólo conocen los testimonios de la tradición oral, por lo que hacer previsiones les resulta complicado. Se desconoce el número exacto de personas que pudieron haber sido arrojadas a este pozo, pero asegura que su equipo seguirá excavando hasta que dejen de aparecer huesos.

Este viernes concluyeron los trabajos de recuperación de los nuevos huesos hallados. El Cabildo anunció en diciembre que procurará iniciar cuanto antes los estudios antropológicos y genéticos.

Pozos donde arrojaron a numerosos desaparecidos del norte de la isla

Diferentes testimonios recabados en las últimas décadas explican que en el mes de marzo de 1937 desaparecieron numerosas personas, especialmente del norte de Gran Canaria. Se han recogido historias llenas de violencia, torturas y asesinatos que reflejan que las víctimas eran arrojadas a los pozos de Tenoya, Arucas y a otros puntos como la Sima de Jinámar o la fosa común de Vegueta (estos dos últimos símbolos continúan estudiándose la viabilidad de ser exhumados ).

Velasco está convencido de que no hay duda de que las personas que se encuentran en este pozo son represaliados del franquismo. Se estima que se trata de personas desaparecidas principalmente del municipio de Arucas, Gáldar, Agaete o de Las Palmas de Gran Canaria.

Entre las personas que siguen buscando a sus familiares se encuentra Pino Sosa, presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Arucas, quien a sus 80 años mantiene la esperanza de encontrar los huesos de su padre. El hombre, latonero del norte de la isla, despareció cuando ella apenas tenía 40 días de vida.

Sosa sigue con atención los trabajos que en estos pozos se realizan, ya que, como ya ha reiterado en otras ocasiones, esperaba encontrarlo en el pozo del Llano de Las Brujas, pero no fue así.

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