Los hermanos asesinados recibieron tres disparos cada uno

La empresa Alvamanza SL , administrada por los hermanos fallecidos. (Foto: Iago Otero).

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Los hermanos Noelia y José Antonio M.A. recibieron cada uno tres impactos por arma de fuego de su hermano Francisco Javier, que empleó para ello tanto cartuchos como balas, según ha trascendido de las primeras investigaciones. Noelia recibió los impactos en la carótida, el estómago y una pierna, mientras que José Antonio fue tiroteado desde muy cerca dado que su cuerpo presentaba tantos orificios de entrada como de salida. El presunto asesino pasará este viernes a disposición judicial.

“Cerrado por motivos personales. Disculpen las molestias” es el breve mensaje que se puede leer en la puerta de la empresa Alvamanza SL , administrada por Noelia y José Antonio, los dos hermanos de 42 y 47 años, respectivamente, asesinados a tiros por el hermano mayor de estos, Francisco Javier (49 años), quien en la mañana de este miércoles perpetró un crimen que los investigadores apuntan que fue premeditado.

En la calle Noruega, situada en el polígono industrial situado en Maipez, Telde, no daban crédito a lo sucedido hace un día. Los trabajadores de las empresas de alrededor aseguran que de puertas para afuera no existían motivos para que Francisco Javier asesinara a sus hermanos. Además, apuntan que el autor de los disparos era poco conocido ya que en la empresa especializada en la fabricación y distribución de artículos de limpieza trabajaban cinco personas, siendo dos de ellos Noelia y José Antonio, quienes el pasado mes de septiembre, tal como publica el BOE, se habían hecho con las riendas de la compañía de manera mancomunada después de que su madre, María Luisa delegara en ellos, aunque desde 2005 tenían el control de la misma. También acudía de vez en cuando otro de los hermanos ya que en total eran cinco vástagos. Aparte de este negocio Noelia tenía un restaurante en Santa Brígida , aunque uno de los trabajadores de la empresa contigua confirmó que ya no era dueña de él “porque le había ido mal”.

Los trabajadores del polígono apuntan que la empresa llevaba desde el año 2000 situada en ese edificio y que de vez en cuando también se pasaba por ella el abuelo de los hermanos, Panchito, de más de 90 años de edad y al que el año pasado el diario La Provincia dedicó un reportaje. Los productos de esta compañía, entre ellos Lejía Manzano, el más conocido, son distribuidos para importantes empresas del sector de la limpieza tanto en Gran Canaria como el resto de islas, según explican en el polígono.

Una acción premeditada

Una acción premeditadaFrancisco Javier adquirió una de las escopetas con la que asesinó a sus dos hermanos la semana pasada. De hecho, la licenció en la Guardia Civil el pasado 6 de mayo. Así, el primer asesinato lo realizó en la calle Acebuche del barrio de Almatriche, en Las Palmas de Gran Canaria. Noelia se preparaba para dirigirse como cada mañana a trabajar cuando nada más salir de la puerta el agresor sorprendió a su víctima y le disparó tres tiros (dos de cartuchos y uno de bala) con la misma escopeta y sin bajarse del coche, un Opel Corsa blanco alquilado. Eran las 07.40 horas de la mañana y la bolsa de basura que Noelia llevaba en la mano quedó sobre la acera, y los perdigones incrustados en la puerta del domicilio Noelia aún luchó por su vida ya que no quedó inconsciente, pero falleció en el quirófano del Hospital Doctor Negrín, donde fue trasladada en estado crítico. Uno de los tiros que recibió le alcanzó la carótida; otro disparo le afectó a la zona del abdomen, mientras que el tercero le dio en una pierna.

Durante la mañana, a su abuelo no le comentaron que su nieta había fallecido pero sí lo atendieron los servicios sanitarios, como pudo captar un fotógrafo de este periódico. Mientras, la madre de los hermanos, que residía en la casa contigua a Noelia, avisó a su hijo José Antonio de lo que acababa de suceder. En esos momentos el mayor de las dos víctimas se encontraba en la empresa trabajando (el horario laboral es de 08.00 horas a 16.00 horas) y según testigos ordenó a sus empleados que cerraran la fábrica, de la que salió en su Renault Megane a gran velocidad hacia Las Palmas de Gran Canaria.

Sin embargo, por el camino se cruzó con su hermano, quien le persiguió hasta empotrarlo en la calle Manuel Alemán Álamo, donde el agresor lo tiroteó tres veces seguidas, la última, en la cara. A José Antonio ni siquiera le dio tiempo a quitarse el cinturón de seguridad

José Antonio presentaba en su cuerpo tres orificios de entrada y tres de salida, lo que indicaría que los disparos que acabaron con su vida fueron realizados desde una distancia muy corta.

Francisco Javier dejó el arma y posteriormente se entregó a una patrulla de tráfico de la Polícia Local de Telde que en esos momentos ordenaba la circulación en esa misma zona. El vehículo que utilizó para realizar los dos crímenes terminó con la goma de la rueda destrozada debido al impacto con el coche de su hermano.

Los agentes encontraron otras dos armas en el vehículo de Francisco Javier y varios bidones de gasolina, lo que hace pensar que la venganza no había terminado aquí ya que la investigación policial no descarta que quisiera atentar contra la nave de la empresa familiar.

El presunto autor de estas dos muertes pasará este viernes a disposición judicial en Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria, juzgado que estaba en funciones de guardia en el momento de los hechos. La juez de Instrucción 2 de Telde, que se ocupó de las primeras diligencias del crimen cometido en Jinámar, acumulará su causa a la de la capital al haber sido ese suceso posterior al que tuvo lugar en Las Palmas de Gran Canaria. Ambas juezas declararon secretas sus respectivas causas.

El cadáver del homicidio de Jinámar y la escopeta del agresor permanecieron en el mismo lugar de los hechos hasta pasadas las 10.30 horas, una vez que la Policía y la autoridad judicial completaron la inspección del escenario del crimen, al que se acercaron varios curiosos. Este crimen ocurrió a escasa distancia de la entrada del colegio del barrio, pero poco antes de su apertura.  Varias madres del barrio destacaban, aliviadas, ese hecho, porque eso ha evitado que los escolares hayan presenciado el fatal desenlace de esta riña familiar.

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