Oda a la intensidad, la fe y el esfuerzo para llegar a semifinales

Los jugadores del Herbalife Gran Canaria celebran su victoria frente al Valencia Basket tras el partido correspondiente a cuartos de final de la Copa del Rey que se disputó esta noche en el Coliseo de A Coruña y que terminó con el resultado de 83-78 para los canarios. EFE/lavandeira jr

Canarias Ahora Deportes

Las Palmas de Gran Canaria —

Las estadísticas estaban todas en contra (de 47 enfrentamientos entre ambos conjuntos, el Valencia Basket se lleva 31), la historia no era nada halagüeña (sólo en una ocasión el Granca había pasado a semifinales, mientras que el club taronja tiene en su palmarés una Copa del rey) y la espectacular temporada que ha ido cuajando el Valencia Basket (con 19 a 1 en Liga) hacía presagiar que los de Aíto volverían a las primeras de cambio a la isla.

Pero había un margen, un pequeño margen que hacía soñar, a pesar de las palabras de Aíto García Reneses: “El Valencia Basket va a ser campeón”. Se las sabe todas el preparador madrileño, que le ganó la partida a Pedro Martínez, quien tampoco es precisamente un novato. La presión para el favorito y para los amarillos nada que perder, sólo limitarse a realizar un partido intenso y plantar cara hasta el final.

Y así fue. Auténtico partidazo el que se ha vivido en A Coruña con una victoria del Herbalife Gran Canaria por 78 a 83 basada en la intensidad, el esfuerzo y fe, mucha fe, dando la segunda sorpresa de la primera ronda de la Copa del Rey, ya que en el anterior encuentro el Bilbao Basket también se imponía al Barcelona Lassa. Por algo se le dice el torneo del KO y esta vez, más abierta que en mucho tiempo.

Contra todo pronóstico y después de salvar dos críticas situaciones, en el primer y tercer cuartos, cuando los valencianos parecieron sentenciar el partido, el Herbalife jamás se vino abajo, asimilando muy bien las lecciones de Aíto, quien ha reiterado una y otra vez en su discurso que lejos de ganar o perder, lo importante es mantener el tipo, dar la cara y luchar hasta el final. En una palabra actitud.

Y eso que el Valencia, haciendo honor a su etiqueta de favorito, comenzó a marcar distancias con su rival desde el inicio del partido, apoyado en su dominio reboteador (sobre todo ofensivo) y en su mayor intensidad fue abriendo brecha en el marcador 12-7 (min.4) y 18-10 (min.6) con Fernando San Emeterio como principal mano ejecutora.

El líder hizo los deberes en el primer cuarto y acabó dominando por 26-16, aunque lo más llamativo de este primer periodo fue la abismal diferencia reboteadora, 14-4 favorable a los levantinos y principal explicación del resultado.

En el segundo acto se dio la vuelta a la tortilla, el equipo de Aíto García Reneses apretó los dientes para revertir la situación y la gran sorpresa fue que en los cuatro primeros minutos y medio le endosó un parcial de 2-21 al Valencia.

Los canarios recuperaron poder reboteador, insuflaron energía y dureza al juego y los de Pedro Martínez entraron en estado de 'shock'. El 28-37 fue una gran demostración de lo que pueden cambiar las cosas en apenas cinco minutos. Los buenos minutos del estadounidense Dennis Seeley ayudaron mucho a los insulares.

San Emeterio con un 2+1 sacó a su equipo de la depresión en la que estaba sumido y poco a poco comenzó a remontar hasta el empate a 42 con el que se cerraron los primeros veinte minutos del partido.

Los parciales de cada cuarto fueron calcados para ambos equipos, 26+16 para Valencia y 16+26 para Herbalife Gran Canaria.

El paso por vestuarios sentó mejor a los líderes de la Liga que, de la mano de San Emeterio, comenzaron a buscar diferencias en el marcador (49-44, min. 22).

Luke Sikma y Justin Hamilton comenzaron a hacerse ver bajo ambos aros y el Gran Canaria no encontró la forma de contrarrestar esta fortaleza en la pintura, 57-49 (min.26). Si a esto le sumamos que de nuevo el Valencia volvió a controlar el rebote, y que Guillem Vives hizo más que un partido notable, el 65-57 de final del tercer cuarto se antoja hasta corto, si tenemos en cuenta que a estas alturas de partido el Valencia llevaba +10 rebotes que su rival.

El montenegrino Bojan Dubljevic se sumó a la fiesta pero el Herbalife encontró la manera de seguir enganchado al partido primero y de crear inquietud al Valencia después, 67-65 (min. 33.30). Volvieron San Emeterio, Sikma, Vives y Hamilton a pista para intentar cerrar el partido y el pase a semifinales cuanto antes, pero la veteranía y saber hacer de Albert Oliver y Eullis Báez no sólo retraso todo, sino que sembró la inquietud en el rival con el empate a 69 a falta de cinco minutos para el final.

La presión comenzó a pasar factura a todos con imprecisiones, fallos y errores. A falta de 3.31 minutos el Granca volvió a situarse por encima, 70-71, y a 2 minutos justos para el final Xavi Rabaseda clavó un triple en el costado del líder, 71-76, que olió a sorpresón.

Los canarios supieron templar los nervios, pese a una técnica a Rabaseda por simulación, pero no les tembló la mano en los lanzamientos libres y supieron jugar con los nervios del líder de la liga, que se desesperó cuando no encontró soluciones fáciles en los momentos difíciles.

. Ficha técnica:

78 - Valencia (26+16+23+13): Vives (8), Martínez (9), San Emeterio (17), Hamilton (6) y Sikma (8) -equipo inicial-, Stefansson, Diot (5), Lucic (6), Dubljevic (14) y Shurna (5).

83 - Herbalife Gran Canaria (16+26+15+26): Oliver (5), Newley (4), Salin (7), Báez (7) y Omic (10) -equipo inicial-, Pangos (10), Savané (1), Seeley (14), Rabaseda (9) y Aguilar (16).

Árbitros: Juan C. García, Miguel A. Pérez y Carlos Cortés. Dennis Seeley fue eliminado por cinco personales (min.36).

Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Coliseum de La Coruña ante 9.156 espectadores. El Gran Canaria salió a saludar a sus aficionados tras acabar el partido.

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