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La presión de la FIFA a los grandes equipos acaba por discriminar a los niños adoptados en Galicia

Jugadores alevines de la selección gallega

Miguel Pardo

La agresiva política de cantera de gigantes del fútbol como Barcelona o Real Madrid acaba por afectar a los chicos y chicas que cada fin de semana juegan su competición local. En su intento por controlar los fichajes de jugadores extranjeros menores de edad y las transferencias que de estos niños se hacen de un país a otro, la FIFA presiona las federaciones territoriales para que averigüen el origen de los niños. También a la Federación Gallega de Fútbol (FGF), que lleva tiempo poniendo trabas a la tramitación de las fichas de jóvenes adoptados.

Emilio Romero, padre de un niño adoptado de Etiopía, nunca había pensado que su hijo se quedaría sin jugar por exigencias burocráticas. Con diez años, y a la hora de pasar al fútbol federado, la FGF le ha exigido un montón de papeles adicionales, mientras que al resto de compañeros tan sólo se les solicitaba una simple fotografía y el DNI. A esta familia le reclamaron el permiso internacional de adopción, documentación del censo que acredite su dirección actual e incluso papeles que certifiquen que nunca antes ha jugado con un equipo federado de su país de origen. Y se quedó sin disputar la primera jornada de Liga. 

“Es algo incomprensible”, recuerda Romero, que sabe de muchos más casos de niños adoptados que ya se han perdido varios encuentros por el mismo motivo, a pesar de que el propio Consejo Superior de Deportes (CSD), ante polémicas semejantes, ya había dejado claro que un niño adoptado es “de derecho español de origen”, por lo que no se le tiene que exigir nada extra. “Es una discriminación y todo lo contrario a lo que sería una buena política de integración”, insiste el padre afectado, que vio como su hijo fue apartado “por haber nacido en Addis Abeba” y que seguirá reclamando ante las autoridades para que “esto no ocurra nunca más”.

Ante estos casos, las diputadas del BNG Carme Adán y Tereixa Paz acaban de presentar diversas iniciativas parlamentarias ante lo que consideran una “grave vulneración de los derechos fundamentales de los y de las menores” y que estaría siendo cometido por la FGF al “impedir a los equipos tramitar las fichas de los niños y niñas adoptados”. Pasó en la temporada pasada y ha ocurrido también en ésta, aunque la rigidez depende de la delegación provincial que toque o incluso de la intensidad de la protesta de las familias, que acaban por hacer recular a la Federación, no sin antes provocar la desilusión de un niño que, español a todos los efectos, ve como incluso le impiden entrenar al no poder tramitársele el seguro.

Tal y como explican las dos parlamentarias nacionalistas, la FGF exige a los clubes documentación complementaria en los casos de los chicos y chicas adoptadas al considerar que son jugadores españoles no de origen. El Código Civil Español, en su artículo 19.1 -como recuerda el BNG- aclara que el extranjero menor de 18 años que fuese adoptado por un ciudadano español adquiere, desde la adopción, la nacionalidad española de origen. Por tanto, la Federación estaría “vulnerando los derechos adquiridos por los menores y refrendados por la Constitución”.

Las dos diputadas interpelarán el Gobierno gallego sobre lo que consideran una “situación incomprensible” y preguntarán a la Xunta qué medidas piensa adoptar para resolver “de inmediato” esta problemática. “No queremos que vuelva a pasar nunca más”, aclara Carme Adán, sabedora de que la presión política hizo también reaccionar a la FGF, que ordenó la finales de la pasada semana tramitar todas las fichas que tenía paralizadas por este tema para evitar problemas. Pero muchos niños se habían quedado ya sin poder jugar días antes e incluso en la temporada anterior. Y la solución es provisional, porque la FIFA sigue exigiendo documentación extra para evitar casos como los del FC Barcelona, sancionado por su agresiva política de cantera. 

A pesar de todo, Paz y Adán reclamarán a través de una proposición no de ley que el Parlamento inste al Gobierno a abrir una investigación desde el departamento de menores sobre la situación provocada por la FGF que, según anuncian, será remitida a la Fiscalía de Menores para “estudiar medidas reparadoras” e incluso “sanciones”. “No puede ser que un niño de diez años se le exija documentación extra que no se le pide a ningún compañero y se le impida jugar”, insiste Adán, que advierte que las soluciones que dio la FGF fueron “provisionales” y que hubo “una discriminación por el lugar de nacimiento”.

“El problema viene de la FIFA, que es quien revisa todas las fichas y pide documentación extra a las federaciones, pero ése es un problema de ellos que no puede afectar un derecho fundamental”, recuerda la diputada del Bloque, que recuerda la advertencia del CSD, que había recordado que es la normativa estatal, y no la de un organismo como la FIFA, la que rige en el Estado. La Federación Internacional, a pesar de todo, mantiene la presión. Lo hace en un intento de preservar sus requisitos de proporcionar a un jugador que viene de fuera una formación escolar que le permita iniciar una carrera que no sea futbolística en caso de que deje el deporte, así como tomar todas las medidas necesarias para asegurar que el menor esté plenamente asistido en España. Una normativa interna, federativa y destinada a evitar excesos de los grandes clubes europeos que acabó por afectar la esencia del fútbol y a los más pequeños.

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