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Sobre este blog

A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.

Mi memoria

Un momento del rodaje de '1980'.

Pedro Gómez Damborenea

Mi abuela, pocos años antes de morir, decía que lo único que quería era llegar al último día de su vida con la cabeza intacta. Llegó y la verdad es que me gustaría que me pasara lo mismo. De momento, tengo memoria y la tengo presente y hay muchas cosas que no tengo intención de olvidar y hablo de ETA. No me gustan las equidistancias ni la teoría del sufrimiento de todos por igual. No tengo que justificar nada ni dar explicaciones sobre torturas, gales o lo que sea. Siempre me pareció execrable. Dicho esto, he de decir que la única organización terrorista que nos ha tenido durante 40 años cautivos y aterrorizados ha sido ETA. Hace tres años dejó de matar y todos vivimos mejor, pero ahora deseo que desaparezca. Sin trucos y sin falsear la historia para complacer a nadie. La historia de sangre, muerte, secuestros, extorsiones y amenazas es la que fue y no hay que olvidarla porque hacerlo nos podría llevar a repetir los errores.

Mi memoria me lleva a cuando recibí insultos y amenazas por informar sobre una manifestación, a cuando tuve que mirar debajo del coche cada mañana, a estar preocupado por los míos, a agradecer a los escoltas que me cuidaron durante tres años, pero me lleva especialmente a recorrer las imágenes de los atentados. De los policías y guardias civiles que murieron con nuestro silencio, de los políticos a los que cortaron sus discursos, de los periodistas que dejaron de escribir o se exiliaron, de los empresarios secuestrados, asesinados o amenazados. De tantos y tantos que me niego a que no se les recuerde.

Escribo este artículo después de tres años sin el terrorismo activo de ETA y viendo el calendario del terror al que nos ha devuelto Javier Arteta. Eso es lo que pasó y lo hicimos los vascos. Se hizo en nuestro nombre, con nuestro consentimiento o sin él, con nuestro silencio o nuestra repulsa, pero se hizo en nuestro nombre. Como pueblo tenemos el deber moral con la historia de reconocerlo como los alemanes lo han hecho con su historia y los españoles deberemos hacerlo (porque aún no lo hemos hecho del todo) con las barbaridades del franquismo. Pero los vascos también y no hay excusas posibles.

Me vienen a la memoria las imágenes en blanco y negro y en color. Los nombres de las personas a las que vi morir. No me puedo olvidar de uno de los episodios más duros de mi vida profesional, el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. Lloré de rabia, de dolor y solidaridad. Tuve pesadillas y viví en directo el clamor contra ETA. Pero es solo un ejemplo más de lo que vivimos, de lo que fue nuestro reciente pasado del que no me quiero olvidar.

Fuimos cobardes cuando ETA mataba y no podemos ser cobardes cuando ha dejado de matar. No es una cuestión de ser nacionalista o no, o de izquierdas o derechas. Es una cuestión de dignidad. Tenemos que convivir. Perdonar es algo muy personal. Pero no podemos olvidar ni construir nuestras vidas desde la verdad. No hicimos muchas cosas cuando pudimos, por miedo o lo que fuera, pero no dejemos que ahora se pierda la memoria. La responsabilidad es de todos, de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi. Y, por favor, que ETA desaparezca ya. Me resulta incomprensible pensar que alguien pudiera creer que esa máquina de sangre y odio se pudiera reciclar en nada. Déjenos ya. Vivamos, digamos la verdad y el tiempo curará las heridas.

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A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.

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