Chile espera que presión internacional lleve al alto el fuego en Gaza

El ministro de Exteriores chileno, Heraldo Muñoz, manifestó hoy su esperanza de que la presión internacional se materialice en un cese el fuego en Gaza, después de que hoy llamara a consultas a su embajador en Israel, una decisión que justificó en la “desproporcionada” acción militar de ese país.

“Queremos tener a nuestro embajador en Santiago para analizar de manera mucho más cercana lo que esta ocurriendo (...) y esperando de nuevo que la presión internacional, la presión moral y política que se ha venido ejerciendo por parte de Naciones Unidas y tantos líderes mundiales llegue a materializarse en un cese al fuego”, indicó.

El canciller chileno explicó que la decisión de llamar al embajador en Tel Aviv, Jorge Montero, se tomó ante el “agravamiento de la situación” y en vista de la “continuación de las operaciones militares que de manera desproporcionada han afectado a civiles especialmente a mujeres y niños”.

El ministro, que se encuentra en Caracas asistiendo a la Cumbre del Mercosur, explicó que el Gobierno chileno tomó la decisión “en coordinación con otros gobiernos y muy particularmente con el Gobierno del Perú”, con los que estuvo en contacto en los últimos días “evaluando las condiciones del terreno”.

“Al mismo tiempo seguimos condenando y vamos a seguir condenado el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás en contra de población civil desprotegida”, señaló Muñoz.

“Pero creemos necesario tener a nuestra embajador en Santiago para mejor informar las decisiones que podamos adoptar en el marco de Consejo de Seguridad”, agregó.

Indicó que el Gobierno chileno esperaba un cese el fuego y que la situación humanitaria se pudiera resolver por la vía del diálogo y la negociación. “Lamentablemente no ha sido así”, dijo.

El ministro señaló que desconoce cuánto tiempo permanecerá su embajador en Chile.

En Chile, que integra actualmente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente, se encuentra la mayor comunidad palestina fuera del mundo árabe, con unos 400.000 miembros, que en su mayoría son descendientes de personas que emigraron a lo largo del siglo XX y profesan la religión católica.