Emigrantes de Eritrea y Sudán vuelven a manifestarse por tercer día en Israel

Miles de emigrantes eritreos y sudaneses continúan hoy, por tercer día consecutivo, con las manifestaciones en Israel para protestar por la política de acogida del país y exigirle el trato legal de “refugiados políticos”.

“El Gobierno quiere que los israelíes tengan miedo de nosotros y que no se nos acerquen. Somos seres humanos, queremos que nos acojan, que nos miren como a seres humanos y que nos respeten”, afirmó hoy uno de los representantes del movimiento de protesta a la edición digital del diario Yediot Aharonot.

De acuerdo con este portavoz, el Gobierno israelí deforma la realidad al decir que ellos no son “refugiados”, en referencia a declaraciones del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que los describió como “gente que está violando la ley”.

Más de 60.000 africanos entraron en Israel desde 2006 a 2012 cruzando el Sinaí egipcio y, aunque reclamaron el estatus de “refugiado político”, el Gobierno israelí no se lo ha concedido.

El domingo, decenas de miles marcharon por las calles de Tel Aviv y ayer varios miles lo hicieron ante las principales embajadas occidentales en esa ciudad, al tiempo que 150 detenidos en el centro de Saharonim iniciaron una huelga de hambre hasta que sus solicitudes de asilo sean revisadas.

Los solicitantes de asilo eritreos y sudaneses exigen también la anulación de la reciente reforma de la Ley de Prevención de la Infiltración.

Esta ley, enmendada en diciembre pasado, permite el encarcelamiento durante un año de quien no tenga en reglas los papeles, y después la detención “indefinida” en centros de internamiento calificados por algunos de “cárceles abiertas”.

Israel busca desde hace años la forma de repatriar a los emigrantes, pero la situación de crisis en Egipto lo hace imposible.

El Ministerio israelí del Interior aseguró hoy que docenas de emigrantes pusieron rumbo a Suecia en las pasadas semanas tras adherirse a un programa del Gobierno, que otorga hasta 5.000 dólares a cambio del compromiso de que no regresarán, según la edición digital de Haaretz.