Los testigos de la defensa contradicen la versión de los antidisturbios

Los testigos propuestos por la defensa de los sindicalistas conocidos como los “ocho de Airbus”, acusados por su actuación durante la huelga general de 2010, han contradicho hoy, tercer día de juicio, la versión que dio ayer la policía.

Al igual que los acusados, los testigos han asegurado que se encontraban en la puerta concentrados para hacer “patente su participación en la huelga”, como “piquete informativo” para explicar los motivos, principalmente a trabajadores subcontratados y “gente que lleva poco tiempo”.

Todos han coincidido en que los concentrados no impidieron la entrada al puesto de trabajo a quien así lo deseó, algo que los policías negaron al afirmar que habían tratado de acompañar a trabajadores en dos ocasiones y que el piquete lo había impedido “con los brazos entrelazados”.

Uno de los declarantes ha reconocido, a preguntas del Ministerio Fiscal, que vio entrar a varias personas durante la concentración y que llegó a hablar con aquellos que se encontraban junto a la policía ya que, según él, “eran personas que llevaban poco tiempo en la empresa y no sabían que había huelga”.

Además, uno de los testigos ha afirmado que en las varias huelgas en las que ha participado en la factoría getafense “nunca se ha impedido la entrada” a los trabajadores, y todos han indicado que no se realizaron consignas en sentido contrario y que no se insultó ni amenazó a nadie.

Respecto al incidente que produjo el tumulto en la entrada a la planta, varios de los testigos han coincidido con los policías antidisturbios en que se produjo cuando un trabajador que portaba un maletín se introdujo en la concentración para acceder a la factoría.

Sin embargo, el relato de estos hechos ha sido muy distinto en ambos casos.

Algunos testigos han recordado que este empleado, tras hablar con los policías, algo que éstos no reconocieron, se abalanzó “a la carrera” sobre la concentración, mientras golpeaba a quienes allí estaban con el maletín y que, inmediatamente después, la policía “sacó las porras” y cargó contra los huelguistas.

Sin embargo, según la versión que dieron ayer los agentes, este trabajador que portaba un maletín trató de introducirse en la planta y fue rodeado por los trabajadores concentrados, que intentaron “lincharle”, momento en el que los antidisturbios habrían ido a sacarle del tumulto.

Otros testimonios han asegurado hoy que a dos de los acusados, Jerónimo Martín y Rodolfo Malo, la policía les “abrió la cabeza” al inicio de esta carga, sin que ellos participaran en ninguna agresión.

También han manifestado haber recibido golpes por parte de la policía ciertos testigos que fueron identificados al acceder al servicio médico de la fábrica, tras lo cual fueron imputados de la misma forma que los acusados.

Estas imputaciones se retiraron cuando no fueron identificados en las ruedas de reconocimiento.

Sobre la participación de quien fuera presidente del Comité Interempresas durante los hechos, José Alcázar, al que varios policías identificaron como “cabecilla”, que incitó a impedir el paso a los empleados y que incluso golpeó a los policías, uno de los testigos lo ha negado rotundamente.

Este declarante se ha mostrado perplejo ante esta posibilidad por considerar que era “imposible”, puesto que Alcázar es un “hombre mayor” que en ningún caso podría golpear a un policía.

Han indicado asimismo que este sindicalista trató de “calmar los ánimos para evitar nuevas cargas”, por lo que se dirigió al jefe del operativo policial, que le indicó que “la próxima vez iban a reventar cabezas”, cuando algunos agentes se mostraban “relajados e incluso risueños”.

A preguntas de la Fiscalía, la mayoría de los testigos han afirmado estar afiliados o haberlo estado a algún sindicato, la mayoría de ellos a CCOO.

Uno de ellos ha asegurado que en la planta de Airbus de Getafe hay cerca de 1.500 afiliados a esta organización.