Encuestas y sondeos (que no es lo mismo, pero es igual)

Nunca he sabido muy bien si se escribe referéndum o referendo, pero, en realidad, a mí me gusta más la palabra plebiscito.

Reconozco que habrá quien diga que es un término pedantón y en claro desuso y que, por eso, casi todos hemos optado por allanar nuestro vocabulario y ahora nos decantamos por utilizar el término de consulta. Sin embargo yo seré un poco tontorrón porque a mí lo de consulta me recuerda más un lugar con salita de espera con revistas viejas y un señor con bata blanca que a un fiestón por todo lo alto con urnas y papeletas.

Por esa misma regla de tres hay quien cuestiona en lugar de preguntar y hasta quien interroga o interpela, lo mismo que, en vez de responder, los hay que contestan, e, incluso, replican.

Yo, que por naturaleza y deformación profesional soy muy preguntón, inundo siempre mi conversación (charla, plática o palique, táchese lo que proceda) de signos de interrogación para tratar de aclarar mis infinitas dudas y mientras unos solo oyen yo, además, escucho.

Por todo lo que estos días está pasando se ve que claramente hay quien hace oídos sordos y no se atreve a articular las herramientas necesarias para despejar las incógnitas porque temen la respuesta.

Rizando el rizo, si aceptamos que una encuesta es un conjunto de preguntas y sinónimo de sondeo y, a su vez, sondeo es lo mismo que prospección, mucho me temo que con lo del petróleo lo tenemos crudo.