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Un poco de juego sucio en el PP para arañar unos votos en Extremadura

Feijóo y Guardiola, antes de un mitin en Don Benito el 4 de diciembre.

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El Partido Popular está innovando en la campaña electoral de Extremadura. Se juega conseguir la mayoría absoluta en las elecciones del domingo, convocadas por el fracaso de sus negociaciones con Vox para aprobar el presupuesto. Las encuestas indican que el objetivo está a su alcance, pero que podría quedarse corto por un puñado de escaños. Eso hace aún más extraña la conducta de su candidata, María Guardiola.

El miércoles, desapareció de la campaña. Ya se sabía que no tenía la intención de participar en el debate celebrado en TVE en la noche del jueves. En un momento en que cada voto cuenta, parece extraño que una candidata se tome un día libre a cuatro días de la cita. Si el partido cree que debe proteger a la presidenta de Extremadura, quizá sea porque es consciente de sus limitaciones. Pero siempre se puede recurrir al juego sucio para arañar los votos que faltan.

Es lo que hizo el PP el jueves al conocerse la noticia del robo en una oficina de Correos de una pequeña localidad de Badajoz, donde estaba depositado el voto por correo. Guardiola abandonó su letargo de campaña y salió a la calle para grabar un mensaje en la acera. “Están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos”, decía. Alarma general. No hay nada más grave poco antes de que se abran las urnas.

Cada frase era más dramática que la anterior: “Alguien está dinamitando los cimientos de nuestra libertad. Nos quieren silenciar. Quieren elegir por nosotros. Quieren robarnos nuestro futuro”. El partido ya había dicho que se trataba de una “estrategia absolutamente organizada” con el fin de alterar el resultado del voto por correo.

Veamos las cifras y hasta qué punto los cimientos de la democracia han saltado por los aires en Extremadura. El robo se produjo en la oficina de Fuente de Cantos, que cuenta con 4.592 habitantes. Allí también estaban depositados los votos por correo de otras dos poblaciones, Bienvenida (1.999 habitantes) y Calzadilla de los Barros (679). Afectaba en teoría a 7.270 ciudadanos. En las elecciones extremeñas de 2023, participaron 626.033 votantes. El PP obtuvo 237.384 votos.

El robo existió y los ladrones hicieron el día llevándose los 14.000 euros que había en la caja fuerte de la oficina. ¿Hubo votos por correo sustraídos? Sí, los que estaban en la caja, exactamente 124.

No por mucho tiempo. Por la tarde, se supo que la Guardia Civil había encontrado la caja fuerte vacía y quemada con los votos por correo esparcidos por el suelo. Evidentemente, no había rastro del dinero. La Junta Electoral de Badajoz informó a Correos de que los 124 electores afectados podrán emitir nuevamente su voto postal.

La historia nació y murió en unas pocas horas. Las suficientes para que los dirigentes del PP se lanzaran sobre el asunto con el propósito de insinuar un gravísimo ataque a la democracia. Feijóo se ocupó personalmente de responsabilizar al Gobierno de Pedro Sánchez preguntándose “por qué no ofrece garantías en un aspecto tan básico para preservar la salud democrática de nuestra nación”. Es una repetición de lo que el PP ya intentó antes de las elecciones de 2023.

Con ocasión del escándalo de Salazar en el PSOE, Guardiola vio la oportunidad de ser una de las voces destacadas del PP en la denuncia. En un mitin en Navalmoral de la Mata, criticó el “silencio sepulcral” del PSOE cuando “los que tratan a mujeres como si fueran ganado son de su partido”.

Las tornas se han vuelto en su contra, porque el PP ha hecho lo mismo que denuncia en su rival. Las denuncias de la concejala del PP Paula González por el “trato machista” y “abuso de poder” por parte del alcalde de esa misma localidad fueron ocultadas durante meses. La concejala envió una carta a Guardiola con los hechos sin recibir respuesta. Al no encontrar apoyo, decidió abandonar el grupo de concejales del PP en el Ayuntamiento.

Lo que sí dijeron a la edil fue lo que han escuchado muchas mujeres en estos casos: “Aguanta”. “Ya sabes cómo es Enrique”. “Hablaremos con él”. “Tomaremos medidas”.

La dirección regional era plenamente consciente de la gravedad de los hechos, como lo demuestra el audio que el portavoz regional del PP envió a la denunciante: “Como nos pongan la etiqueta, o le pongan a Enrique la etiqueta del trato machista, va a haber un lío”. El alcalde, Enrique Hueso, ha negado haber mantenido una conducta impropia con la concejala: “Se me acusa de machista, pero no se dice cuál es la actitud. Que salga a decir cuáles son”.

Con estas noticias, a la que hay que añadir la del despido del chófer de Guardiola al saberse que fue condenado por coacciones a su expareja, cobra más sentido la estrategia del PP extremeño, que consiste en aislarla en la medida de lo posible del contacto con los medios de comunicación y centrar sus intervenciones en las redes sociales, un formato en el que no te llevas sustos.

“A María Guardiola es difícil verla esta campaña si no es por el móvil”, cuenta el diario extremeño Hoy. Ha colgado unos cuarenta vídeos en Twitter e Instagram, donde tiene 17.800 y 25.700 seguidores, cifras que no parecen espectaculares. Se la puede ver hablando con votantes de su partido, ayudando a elaborar un chorizo en una ganadería, ofreciendo flores a una Virgen o dando de comer a unas ovejas. Siempre sin periodistas cerca que puedan molestar a la candidata con preguntas.

“Este formato de mantener en una burbuja a Guardiola no es nuevo, ya lo ensayó en 2023, aunque de forma un poco menos intensa, y le dio buen resultado”, dice el artículo de Hoy. Lo que está en el aire es si el estilo absentista y protegido de las inclemencias políticas en su campaña será suficiente para lograr la mayoría absoluta, sin la cual la convocatoria de elecciones no habrá servido para nada. Al menos, habrá sido útil para que la presidenta de Extremadura sepa cómo se hace un chorizo.

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