Mario Jiménez le recuerda a Teresa Rodríguez que la línea roja del reférendum la puso su líder

El portavoz del PSOE-A en el Parlamento de Andalucía, Mario Jiménez, ha recordado que fue el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, “quien la misma noche electoral dijo que su prioridad era un referéndum para Cataluña”. Respondía de esta manera a la precisión hecha por la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, convencida de que hay que priorizar la agenda social sobre la consulta, de cara las negociaciones para conformar el Gobierno de España, que derivarían en la posibilidad de que facilitaran la presidencia a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE.

Sin embargo, Mario Jiménez ha interpretado esta postura a que tanto Teresa Rodríguez como el secretario de Organización y diputado de Podemos por Sevilla, Sergio Pascual, “saben que eso les hace un daño terrible en Andalucía porque detrás hay un afán de romper con la igualdad”, en referencia a la consulta. Ha insistido por ello en que Teresa Rodríguez “tiene un problema de entendimiento con Pablo Iglesias, y no se hablan ni se escuchan”, obviando las manifestaciones hechas por la líder de Podemos en Andalucía, quien entiende que el PSOE no se ha centrado en otras cuestiones, para ella más importantes, que han puesto sobre la mesa, como la derogación derogación de la Lomce, la reforma laboral o la conocida como ley mordaza.

“Se ha convertido en un manijero de los partidos independentistas”, ha continuado Mario Jiménez sobre Podemos, para reiterar que con la propuesta de un referéndum para Cataluña, el PSOE “no se puede sentar a la mesa” con los de Pablo Iglesias. En este contexto, en el PSOE-A entienden que ni siquiera una abstención de Podemos que permitiera una investidura de Pedro Sánchez con el respaldo de C's cumpliría con el mandato que el comité federal de los socialistas ha dado a su secretario general: un no rotundo a Mariano Rajoy y no negociar con quien defienda la autodeterminación. El PSOE-A entiende que esa abstención, pese a que Podemos no entrara en el hipotético Gobierno de Pedro Sánchez, sería “un cheque en blanco” que no van a consentir. Quieren que el pacto de investidura, igual que si fuera un pacto de gobierno, deje todo por escrito, “nítido y claro” como ocurrió en Andalucía.