Han llegado con retraso, pero ya están aquí. Las ayudas más esperadas que se incluyeron en el Pacto de Doñana, las destinadas a los agricultores para que dejen de cultivar y así reducir el consumo de agua, ya están en marcha y ahora es cuestión de ver cómo lo recibe el sector. Los regantes llevan meses criticando que no salieran, lo que les llevó recientemente a dar por roto el acuerdo que rubricaron los gobiernos central y andaluz, una circunstancia por cierto que Vox estaba intentando capitalizar para volver a presentar la polémica ley que indultaba a regantes ilegales.
Las ayudas proceden del Ministerio para la Transición Ecológica, cuya titular, la también vicepresidenta primera Sara Aagesen, ha anunciado este miércoles que ya ha firmado la orden que recoge las bases reguladoras para estas ayudas a los agricultores del entorno de Doñana. Su publicación en el BOE será “inmediata” y “será sometida a información pública a finales de agosto”, una iniciativa que tiene como objetivo final ayudar a la recuperación del maltrecho acuífero de Doñana: cuantos menos regantes haya, menos agua habrá que sacar de él, de ahí la importancia de eliminar invernaderos.
Estas subvenciones son la piedra angular del pacto por Doñana, después de que el Gobierno decidiera no comprar terrenos pero sí pagar hasta 70.000 euros por hectárea (7.000 al año durante una década) a los agricultores que dejen de cultivar y reviertan los suelos a forestal durante al menos 30 años. En el caso de la Corona Norte, epicentro de la ley de regadíos que se paralizó con el acuerdo político, esta cantidad se elevará hasta los 100.000 euros al complementarla la Junta de Andalucía (20.000 euros) y la Diputación de Huelva (10.000).
Está también la opción de cambiar durante un mínimo de diez años invernaderos por cultivos de secano (vid, olivo, almendro...), caso en el que se pagarán 2.500 euros por hectárea. Y otra posibilidad adicional es pasarse a la agricultura ecológica durante al menos cinco años a cambio de 1.000 euros por hectárea.
Estas son las cantidades que se anunciaron cuando se rubricó el pacto, en noviembre de 2023. Ahora está por ver qué requisitos se exigen, que en principio son los mismos para los que tienen permisos para regar como para quien lo haya hecho de manera irregular, siempre y cuando haya abonado la correspondiente sanción por esta práctica ilegal.
El Ejecutivo central ha mantenido un mensaje de que no se van a dar subvenciones para que los agricultores que han regado sin permiso reciban ahora unas ayudas con las que pagar sus multas. Un regante con un expediente abierto podrá solicitar estos incentivos, pero deberá tenerlo cerrado antes de recibir el dinero.
En cuanto a la cuantía inicial, esta primera convocatoria será de 28,5 millones de euros frente a la previsión inicial de 20 millones. El Ministerio se ha comprometido a que como mínimo haya al menos dos más después de esta inicial, con el objetivo de que se puedan beneficiar de la medida todos los que se animen a dar el paso. En paralelo están también los 11,5 millones de euros destinados a proyectos innovadores de diversificación económica y sostenibilidad en el ámbito agrario y forestal de la comarca, que se encuentra ya en fase para la resolución definitiva, por lo que el Ejecutivo central resalta que hablamos de 40 millones en ambas líneas.
El anuncio de que van a estar disponibles estas ayudas supone un alivio político para el Gobierno central, al que no dejaban de presionar los agricultores y hasta la misma Junta de Andalucía, que amagaba con adelantar su parte –algo de muy difícil ejecución técnica– si se mantenía este retraso. Aagesen ha reconocido que la orden de estas bases reguladoras era “muy esperada” en el entorno de Doñana “para llevar a cabo actuaciones de renaturalización y recuperación ecológica, tanto de actividades agrarias como forestales”.
“Esperamos que demos respuesta a todos esos sectores que esperaban tener la convocatoria lo antes posible”, ha apostillado. De paso, ha subrayado que “cumplimos con nuestro compromiso de seguir consiguiendo que Doñana sea un paraje y un entorno que vuelva a estar en las mejores condiciones posibles”.
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